Uno de los debates contemporáneos podría titularse «software móvil vs. software de escritorio». Un debate sobre un conflicto y, casi, una incompatibilidad. La conclusión suele ser básicamente que el software móvil nunca puede tener el poder del software de escritorio y, viceversa, que este último no puede adaptarse a los pequeños dispositivos móviles.

Este conflicto adquirió impulso tras una keynote Steve Jobs. Un especialista en distorsionar la realidad. Por ello creo que es un debate que requiere ser abordado con espíritu crítico.

Si los postulados de este debate son correcto, lo que no puede aplicarse en una dirección tampoco puede aplicarse en la otra: No debe ser posible o deseable trasladar los sistemas operativos, interfaces de usuarios y aplicaciones móviles al escritorio.

Pero los hechos recientes parecen contradecir un poco esto. Al presentar Lion el mismo Steve Jobs dice que están tomando elementos de su sistema operativo móvil para traerlo al escritorio.

Microsoft parece apostar en esta dirección en forma aún más fuerte con Windows 8. Prácticamente están borrando la barrera entre aplicaciones mobiles y de escritorios con su Metro, tanto en lo que respecta a interfaz de usuario como a aplicaciones.

Esa es, de hecho, la apuesta de Microsoft. Una apuesta que niega los postulados de la vieja keynote de Steve Jobs.

Yo creo que el debate sobre «movilidad verus poder de escritorio» debe ser redefinido. No es exactamente cómo lo planteo Steve Jobs y que tantos repiten como loros.

Creo, aunque es digno de ser debatido, que es más un debate sobre interfaces de usuarios táctiles vs. la interfaz de usuario del escritorio tradicional.

Estamos viendo desarrollos que nos dicen que es posible que tanto sistemas móviles como sistemas de escritorios pueden utilizar las mismas interfaces de usuario.

Y, aunque esta por verse, existen proyectos que llevan a pensar que es posible que corran las mismas aplicaciones de poder en todo el abanico de dispositivos disponibles. No solo tenemos la promesa de Metro, sino que también se están observando algunos desarrollos de aplicaciones para iOS y Android que hacen pensar que pronto igualaran o superarán el poder de algunas aplicaciones para escritorio. De hecho, ya hay muchas que superan el poder de los viejos Works y Apple Work y el software de edición de vídeo para aficionados del iPad parece tener poco y nada que envidiarle a sus equivalentes de escritorio.

Creo que estamos viendo una convergencia o borrado de límites entre ARM y x86, 3″ y 30″, movilidad y escritorio.

Lo que realmente me parece es que por primera vez, desde la década de 1980, estamos sumergidos en un proceso de transición de las interfaces gráficas de usuario.

Durante la década de 1980 vimos la transición desde el paradigma de la «linea de comando» al paradigma del «escritorio». El paradigma del escritorio parecía ser la única interfaz de usuario imaginable. Era el ideal. Definitiva. De hecho, muchos estaban tan convencidos de ello que Microsoft la porto a los dispositivos móviles con Windows CE.

Creo que esto es lo que hoy esta en discusión. Tanto NewtonOS como PalmOS pusieron en duda el paradigma del escritorio durante la década de 1990. Ahora iOS, Surface, Courier y Metro también lo ponen en duda y muestran que existen otras opciones respecto a las interfaces gráficas de usuarios que son más simples, sencillas y hasta igual o más poderosas que el escritorio.

No es un conflicto entre sistemas móviles vs. sistemas de escritorios. Es un conflicto sobre interfaces de usuario. El omnipresente e indiscutido escritorio como lo conocíamos desde la Xerox Star esta en crisis y nuevas interfaces de usuarios gráficas están tratando de disputarle su hegemonía.

Al menos, es es el campo de distorsión de la realidad de Quique (alias EFDV).