Leo en GizMag un anuncio que me ha llamado poderosamente la atención: su tecnología híbrida táctil/lápiz maXStylus permitirá el uso simultáneo del lápiz y el dedo. Así, como suena: se va a poder emplear el lápiz y los dedos a la vez (de la otra mano, se entiende) para interactuar de formas inéditas con una interfaz táctil y de tinta.

El revuelo que han montado los tablet en estos casi dos años ha provocado que las habitualmente conservadoras compañías de hardware den salida a innovaciones que lo son para el mercado, porque llevaban ya sus años de desarrollo. Por ejemplo, las pantallas con tecnología infrarroja permiten a los ereader una interfaz táctil sin meter una membrana plástica cuyos reflejos dificultan la lectura y provocan que el desdichado usuario se acuerde del diseñador del Sony PRS-650 y de su parentela. Pero estas innovaciones recientes son menos radicales que maXStylus, como vamos a ver de inmediato.

Por si fuera poco, el sensor de la pantalla va a ser único. En lugar de recurrir a dos capas de interfaz (como la capacitiva y nTrig de mi HTC Flyer), parece ser que un único sensor va a ser capaz de aceptar el input táctil del deo y del lápiz y, además, simultáneamente. No creo que esto implique un abaratamiento, porque los fabricantes saben muy bien que los early adopters pagamos con alegría, resignación o posterior arrepentimiento un sustancioso extra por disponer de esa tecnología que nos ha arrebatado el sentío en cuanto sale al mercado.

Antes de seguir glosando las virtudes del invento, os tengo que recordar una cosa sin importancia: hay casi 35 veces más usuarios potenciales de alfabetos ideográficos (chino, japonés, coreano) que habitantes tiene España. O aún casi 5 veces más asiáticos ideográfizados que hablantes de la lengua de Horacio Quiroga. Es bueno recordar esto, porque lo cierto es que un lápiz tiene un potencial mayor para una persona que escribe con ideogramas que para nosotros, porque sin el lápiz están condenados a distintas interfaces, todas ellas altamente ortopédicas, simplemente para escribir.
Antes de seguir, os dejo con el video.

Y esto, señores, deja la pelota en el tejado de Microsoft y de Google. Estos señores ofrecen una interfaz que no es mágica (porque hay que ser mandril para que te vendan una interfaz diciendo que es mágica), pero sí revolucionaria: en vez de imitar con más o menos fluidez o precisión al papel, de repente la combinación de gestos con trazos nos permite hacer operaciones inéditas con el boceto o el esquema. Tan sólo imaginaos lo que sería un lienzo ilimitado en el que ir pariendo un esquema y subiendo y bajando el zoom con la otra mano, o rotándolo, o desplazando fragmentos que hemos cortado con el lápiz…

Nuestros amigos modeladores de 3D estarían de suerte. En vez de comprarse un ratón tridimensional que a la vez aligera el bolsillo con eficacia y te pone el síndrome del túnel metatarsiano como un bebedero de patos, un lápiz y sus propios dedos podrían llegar a ser el instrumento ideal para modelar con precisión, rapidez y fluidez. Eso, claro, si además los programas de modelado son diseñados de una vez para seres humanos y no para vulcanianos, pero hay que ir paso a paso, o triángulo a triángulo.

Y a partir de aquí, la imaginación de los desarrolladores tiene un nuevo techo, mucho más alto que anteriormente. Pero eso sí, antes de eso tanto en Microsoft como en Google tendrán que hacer evolucionar las interfaces básicas de sus SSOO para sacar partido a maXStylus. Me atrevería a decir que Ms lo tiene mucho más fácil, porque la parte lápiz lleva madura 4 años (desde Vista, os lo creáis o no), y se supone que la parte táctil va a estar on par con la competencia. Lo que le quedaría sería integrar de forma transparente y a la vez sin roces ni brusquedades ambas interfaces, porque hay que recordar que el lápiz de tablet PC evoluciona a partir del puntero de ratón.

Google lo tiene más complicado, porque hasta ahora el lápiz ha sido una aventura menor de HTC y ahora de Samsung. Pero no es imposible que el lápiz tenga un revival interesante gracias al Galaxy Note, porque a no pocos ciudadanos el lápiz y lo que podemos hacer con él nos sigue tirando. En cualquier caso, diría que el uso simultáneo del deo y del lápiz para generar gestos híbridos no es algo que se improvise con rapidez (o sí, con los lamentables resultados con los que nos deleitan una y otra vez los comités decisorios de los grandes fabricantes), con lo que ni en un año veo sencillo que llegue a Android.

De hecho, diría que Microsoft ya tiene hecho casi todo el trabajo. Las infografías del Courier monstraban uso del lápiz y del deo de forma fluida, con lo que quizás tengan la base para desarrollar gestos híbridos con ambos.

Sea como fuere, la promesa de innovación está ahí. De momento sólo se me ocurre un salto específico: dado que el número de combinaciones de gestos + trazos tiene que ser bastante elevado, una funcionalidad maravillosa (y me quedo corto) sería la de personalizar la interfaz, reservando unas cuántas combinaciones generales y permitiendo al usuario que pudiera definir qué efecto tienen otras combinaciones. Mucho más fácil de enunciar que de implementar, pero creo que la lógica es sólida.

Y a menos que Microsoft y Google desperdicien esta innovación, no es imposible que la tactilidad deje de ser el centro de la atención de los usuarios y, de hecho, se dé por asumida y hasta superada, o al menos superable. En cualquier caso, habréis visto que no he mencionado a Apple, y tiene todo el sentido: el beato J. dijo en su momento que el lápiz estaba fuera de cuestión, con lo que no creo que ahora le acaben llevando la contraria.