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Feb 2014
AnálisisHardware

Teclados bluetooth, o nos hemos vuelto todos locos

Los teclados bluetooth son viejos conocidos para los que llevamos un tiempo con tecnologías móviles. Cuando se hacía la mili con lanza y lo que había era Palm, Windows Mobile o Symbian, los teclados externos se daban por supuestos. ¿Qué es lo que ha pasado en la era de los smartphones?

Pues que no son tan smart como creíamos. Eso, y/o que los vendors y fabricantes de los SO tiran innecesariamente al mínimo común múltiplo y nos piensan a todos como lúsers. Porque, la verdad, no lo entiendo.

Teléfono QTek de 2005

Uno de los móviles que más disfruté fue un Qtek 9100 con asombrosa forma de patata. Sobre él escribí hace 6 años, cuando ya llevaba un par con él. Pues tanto con él como con una PDA de Dell también maravillosa (una Dell Axim X51V, que nos robaron), podía emplear un teclado bluetooth.

Fijaos que estoy hablando de móviles que hoy casi mueven a risa. Con navegadores lamentables, con resoluciones cómicas para nuestros estándares de 8 años más tarde, con CPUs de carraca, y todo lo que queráis. Pero en cualquier momento podías abrir un teclado, emparejarlo y liarte a escribir.

Entiendo que una característica de bastantes lúsers es que no son touch-typers. Esto es, tienen que mirar al teclado constantemente porque no saben escribir sin mirar. Yo, por ejemplo, aprendí el touchtypismo cuando tuve que picarme un tremendo libro de mi madre, a cambio de renovar mi PC de entonces. Y aunque adquirí el asombroso vicio de levantar los meñiques al escribir, mi velocidad es suficiente como para acompañar mi pensamiento y escribir de lo que me da la gana.

La utilidad de un teclado externo es obvia para un smartphone actual, de mayor potencia que el AMD K7 con el que escribí mi tesis doctoral. Si el teclado en pantalla vale para algo rápido, y el teclado con swype (¿para cuando en windows, señores?) te permite escribir más, no es comparable con un teclado de verdad. Como éste

20140210_105725

O como éste

G84-4100

 

El segundo es un cherry mini. A los obsesos de los teclados los switches mecánicos individuales os harán babear de manera directamente proporcional al odio que os pueden coger los compañeros de oficina cuando aporreáis vuestro teclado con alegría. En este caso, el tacto es asombrosamente cercano a la perfección, los clicks son aceptables y la conexión es por USB, que con un móvil android desde la versión 4.0 se puede conectar mediante un conector OTG macho microUSB / hembra USB.

El primero es un teclado iGo bluetooth stowaway. En sí mismo tiene una historia interesante, porque es el único teclado que conozco que conserva y hasta aumenta su precio de segunda mano con los años. Pero es que lo tengo desde 2005, le he cambiado las pilas dos veces (AAA) y es como una piedra: confiable como él sólo. Una pena que se haya descatalogado y que no tenga sucesor.

No lo tiene por el luserismo rampante que nos invade. Yo entiendo que el teclado era más importante cuando las pantallas no eran multitouchables. Vale. Pero hay ocasiones en las que vendría de perlas escribir un email mínimamente largo (o un  informe, o un post), sin desesperar por la velocidad que te ofrece el teclado en pantalla. Insisto: un smartphone es ya un PC, con potencia para dar y regalar. Y no lo estamos aprovechando como podríamos, debido a que los teclados externos parecen estar pasando de moda.

Lo de Android también fue de traca. Se pasaron casi 4 años, si no recuerdo mal, no permitiendo que se conectaran teclados ni por bluetooth ni por USB. Lo de bluetooth era especialmente sarnoso y patético, porque son de hace 15 años al menos e implementarlo era tan obvio como portar la parte correspondiente del stack a Android: un hacker, unos días, como se acabó haciendo. Pero tras años de penar, por fin vuelvo a llevar mi stowaway en otro bolsillo de la americana o en un bolso, listo para cuando tengo que liarme a escribir de verdad. No es que lo use a todas horas, ni todos los días siquiera, pero en ocasiones me ha salvado literalmente de la quema, al poder reaccionar rápido, y en otras me ha permitido ahorrarme bastante tiempo al aprovechar un tiempo muerto para avanzar con un informe o un artículo.

Y esto me lleva a Windows Phone. Los compañeros se quejan de la falta de avisos en tiempo real del SO, lo mismo que de la falta de push. Y ojo, son cosas esenciales que no entiendo por qué no están implementadas. Si Apple lo copió de Android, cualquiera puede. Que no pasa nada, que Metro es ya suficientemente distintivo como para marcar la diferencia.

Pero con la burrada que es el Nokia 1520, que se me hacían los ojos chirivitas al ver el de Rafa, es absolutamente lamentable e injustificable que no se le pueda conectar un teclado por Bluetooth o por USB OTG. Sí, USB OTG. Que estamos en 2014. Que en alguna ocasión pinchar un pendrive al móvil te salva de la quema.

La touchicidad está muy bien. Mola y es útil. Y permite a los lúsers amar a un dispositivo tecnológico porque se les acerca a ellos. Pero los fabricantes, de alguna manera asombrosa, han decidido que todos somos lúsers, o que implementar BT HID u OTG es un peligro o estorba a los lúsers.

Android los implementa. Tarde, y con problemas, pero lo ha hecho. Se puede usar una App (external keyboard helper) para que funcione bien. Y esto, junto con el lápiz (del que hablaré otro día), son los motivos que me mantienen en una plataforma pesada e insegura.

Por jlchulilla | 5 Comentarios | Enlaza esta entrada
contacto@wintablet.info tema WinTablet.info por Ángel García (Hal9000)