Quién me lo iba a decir, justo hace un rato he podido tener en mis manos un Nokia X en todo su, ejem, esplendor. Sólo lo he podido trastear durante unos minutos, pero lo suficiente como para tener unas primeras impresiones.

Antes de nada, no, no lo he comprado, ni creo que lo haga de tener la oportunidad. No es mi estilo de teléfono ni tengo ganas de jugar en las ligas menores de Android. Simplemente un compañero de trabajo ha estado por el MWC de este año y se ha traído uno porque se lo han regalado.

¿Habéis leído Android? ¿Nokia haciendo un Android? Pues sí. Bueno, más o menos. Supongo que a estas alturas ya no le extrañe a nadie, porque se ha hablado por activa y por pasiva, y ha habido un montón de filtraciones sobre el tema.

De todos modos os resumo.

Nokia ha sacado tres terminales que no tienen ni Windows Phone ni Asha como sistema operativo. Traen una variación de algo llamado AOSP. ¿Qué es?

Es Android sin Google. Me explico. Siempre se ha dicho que Android es Open Source, que su código fuente está disponible de forma libre, etc., cosa que si bien a priori es cierto, en la realidad no lo es tanto.

Android está compuesto de dos partes. AOSP, que es la parte libre, y lo que Google le ha añadido por encima y al lado. Es decir, Android se apoya en AOSP y añade toda una serie de servicios de valor añadido.

Por ejemplo, el sistema de notificaciones Push es uno de esos añadidos, por lo que cuando recibes una notificación de, por ejemplo, WhatsApp, lo que está en funcionamiento es código y tecnología de Google, que ni es Open Source ni tiene su código fuente disponible. Bueno, a lo mejor esa parte sí, pero otras seguro que no.

Google Play es otra de esas partes añadidas. Y todo el escritorio también.

Por lo tanto, a la hora de hacer un móvil, un fabricante puede coger o bien AOSP o bien Android.

Si toma lo segundo el terminal ha de pasar por la certificación de Google, y pagar sus licencias y todas las martingalas que Google decida, como poner su propia tienda y otras zarandajas. De paso, Google también le suelta unos cuantos dólares a Microsoft por temas de patentes.

Si toma lo primero no hay problema, puede añadir lo que quiera y como quiera, y no tiene que pagar a nadie ni en licencias ni en nada. ¿El problema? Pues que estás ante algo así como un Linux con una consola de modo texto. O unas X peladas (o algo así, tampoco entiendo yo mucho de estas cosas).

A eso le tienes que añadir una shell, o un launcher si usamos la jerga Android. Y a partir de ahí construyes tu sistema. Pues eso es lo que ha hecho Nokia. Ha creado un launcher (supuestamente propietario) que en cierta medida imita la interfaz de Windows Phone.

Y digo imita porque lo único parecido que tiene es que la pantalla principal tiene unos tiles (cuadradillos) que le dan un aire a Windows Phone y poco más. Todo lo demás está construido o más bien tira hacia el estilo Android. Es decir, menús que se desplazan lateralmente, o “cortinillas” que suben y bajan.

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¿Mi experiencia? Notablemente buena aunque por el tamaño que tiene, lo noto bastante pesado, pero nada más. Siendo un terminal de gama baja resulta curioso lo fluido que va, por lo menos con las aplicaciones que trae de serie.

Y te haces a él rápido, seas un usuario de Windows Phone o de Android, ya que es una cosa a caballo entre ambos sistemas. Para Nokia y supongo que para Microsoft, la ventaja de un terminal así está en el hecho de que en lugar del Drive de Google trae OneDrive, como GPS, el de Nokia, y así con todo.

Puedo decir que la aplicación Android que desarrollamos en el trabajo, que se llama Upptalk, funciona bastante pesada y tiene algún que otro cierre inesperado, cosa lógica porque nuestro programa espera cosas de Google y usa APIs de Google que no están presentes.

Personalmente creo que el teléfono puede ser un éxito en mercados emergentes y como teléfono barato. Pero solo como eso, porque trae una tienda propia de Nokia que sólo tiene las aplicaciones que ellos certifiquen, y en principio no se puede ni se debe instalar la de Google.

Lo que sí se puede hacer es dejar un APK en la SD interna e instalarlo, venga de donde venga. Otra cosa es que funcione. Si lo hace tampoco esperes un rendimiento espectacular dada la poca cantidad de memoria RAM que tienen los terminales.

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Ya para terminar, comentar que no sé a dónde van tanto Nokia como Microsoft en todo esto. Entiendo que el teléfono lleva varios años gestándose, quizás a espaldas de esta última, o no.

Es decir, no me creo que Microsoft no supiera que Nokia estaba haciendo un teléfono Android. Si pensamos así, esto nos lleva a una idea muy curiosa y aterradora, y es que hasta ellos mismos son conscientes de que su plataforma Windows 8 y Windows Phone podrían no triunfar y quieren cubrirse la espalda vendiendo, al menos, servicios que corran sobre la competencia.

A fin de cuentas, a Microsoft casi le da igual que se venda un Android o un Windows Phone, ellos cobran por ambos, y hasta se comenta que incluso ganan más con Android que con Windows Phone.

Con esto no quiero decir que Microsoft vaya a tirar por el wáter toda su inversión en Windows, pero quizás no sean tan tontos y vean quién se está comiendo realmente su merienda.

O quizás sea una de esas técnicas que la empresa utilizó en el pasado para hacerse con el control de lo que quería, léase Stacker vs. DoubleSpace, Windows 3.1 vs. DR-DOS y un largo etcétera. De todos modos, es una operación arriesgada ya que podría incluso acelerar su propia caída.

Y a fin de cuentas, si los rumores son ciertos (y no hay nada que indique lo contrario), Windows Phone 8.1 trae las suficientes novedades como para que el sistema operativo pase de adolescente lleno de granos a jovencito todavía un poco inseguro de su futuro.

Como dice el refrán, si lo dice, el tiempo dirá.