Durante el pasado fin de semana recomendé a uno de mis mejores amigos que siempre contase hacia atrás desde 10 antes de ponerse a escribir enfadado. Yo no puedo saltarme mis propias prescripciones así que…
Diez… nueve… ocho… siete… seis… cinco… cuatro… tres… dos… uno… ahí vamos, que Dios reparta suerte.
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