Lo que lees. Si quieres saber la historia completa, después del corte.

Por si no lo sabéis, el otro día me compré un 950 XL y comencé a usarlo con bastante prevención porque esperaba más de lo mismo, de hecho ya os contaré alguna cuando tenga más tiempo libre.

De hecho puse la SIM española (de la que sólo tengo activado el roaming del teléfono, nada de datos, por lo que solo me funciona como smartfone en casa y en el curro a través de la Wifi).

Y me puse a trastear. Como eran días de vacaciones, me llevé el Lenovo a casa, con su Windows 10 y el Windows 10 del teléfono, cosa fina oyes.

Al poco me di cuenta de que el continuum de MS es más que el de Apple, y eso que todavía no tengo el dock (8 a 12 semanas, que en Román paladino son tres meses), y que encima funciona mejor.

Así que le puse la SIM del curro, y compartí internet con él. Oye, mano de santo.

¡¡Tenía internet en casa sin tener internet!! Y encima, paga el jefe.

Luego me puse a trastear con la aplicación de fotos. Todas las fotos se subieron sin problemas.

Y con la de música toda mi música se sincronizó con todos mis dispositivos Windows de forma casi instantánea.

Y la de mensajes, integrada con Skype, es una gozada llamar a mi madre con ella.

Vamos, que poco a poco me fui dando cuenta de que MS, al final, le había ganado a Apple.

De hecho actualicé mi SP3 y ¡oh, magia potagia!, ahora ya va todo bien con las últimas. La batería no se descarga. El teclado se pone y se quita bien. La escritura a mano no se va por los Cerros de Úbeda cada dos por tres, y el rendimiento es más que aceptable, de hecho mucho más superior al de mi iPad Air 2.

¡¡Y no se calienta!! Nada de nada. Así que como ella no e calienta, yo tampoco me caliento, y después de un fin de semana de uso intensivo de todas las cosas con Windows 10, decidí deshacerme de mis cosas de Apple.

Están en un montón en la puerta de casa, aquí está la dirección, y hay hasta un iMac de 27 con esteroides (bastantes añadidos). El que primero llegue, pilla cacho.