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Nov 2016
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¿Pro o no Pro? Pro, luego existo

¿Tu pro? ¿Yo pro? ¿Él pro? Pues eso, sigue leyendo si quieres. Y si no, también. Aquí somos democráticos como el que más, y podéis elegir a quien queráis siempre y cuando el elegido sea yo.

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Hoy vamos a hablar del futuro de los usuarios profesionales. En las dos plataformas de interés. Voy a dejar de lado a Linux porque el futuro es el mismo hoy que ayer y que posiblemente mañana. Entre guerra y guerra (de lo que sea, pero siempre la hay), a veces parece que la cosa da un salto hacia adelante.

Voy yo tan pichi, me instalo uno y eso sí que es un jarro de agua fría y no ducharte con un caño de agua el 10 de diciembre en el centro de Siberia. Me doy con un canto en los dientes si llega a terminar de arrancar la ISO sobre un equipo físico real.

De todos modos, corramos un estúpido velo sobre el tema y vamos a lo que vamos.

¿Tenemos futuro los profesionales? Como autónomos, y según la legislación vigente, ya os aseguro yo que no.

Ah, no que no estaba hablando de eso. Íbamos a comentar cuál podría ser el futuro profesional según o en relación a los últimos elementos ofertados por Apple y Microsoft. Intentaré ser objetivo, pero en este momento me encuentro en mi etapa más pro-Microsoft desde hace varios años. Ni yo mismo me reconozco con este entusiasmo por la empresa de los ventanos. Parezco como si estuviera en los primeros días en que me nombraron MVP por primera vez, antes de que se me agriara la comida.

Pero bueno, es lo que hay. Cuando me reviente algo y pierda una o dos mañanas arreglando cosas volveré al redil. O no. Lo mismo no vuelvo. Me molaría no volver. ¿Alguien quiere tres docenas de iCosas?

Bromas y tonterías aparte, lo cierto es que en las últimas keynotes ambos se han cubierto de gloria, en el sentido figurado y en el real. En este último caso Apple ha cojeado un poco por no decir un mucho.

Volviendo al tema que nos ocupa. ¿Qué es un profesional? O más bien, ¿cómo usa un profesional una herramienta informática? Hace muchos años, cuando yo estudiaba y era aprendiz y maestro de nada (más o menos como ahora pero con treinta años menos), alguien, no recuerdo quién, en una de esas conversaciones maestro-padawan, comentó que “las cosas destinadas al sector doméstico hacen más cosas, son más bonitas y se rompen antes, mientras que las destinadas al profesional son más feas, más caras pero aguantan mucho más”.

Ahí queda eso. Os puedo asegurar que en general es cierto, y si extendemos un poco la idea, podemos entender que un profesional no necesita adornos dorados alrededor de su pantalla. Lo que necesita es que esa pantalla funcione el último día de vida igual que el primer día, y cuantos más años, mejor (luego más sobre la duración).

Lo mismo se puede decir del ordenador o del teléfono. No importa si es bonito o feo, lo que importa es que funcione y que haga bien todo lo que hace. Sin fallos, sin cosas que ahora van y ahora no. Si es bonito, pues mejor, pero el profesional prefiere arrancar su sierra mecánica y cortar el árbol sin tener que parar dos veces a esperar que se enfríe o para cambiarle un diente que se ha roto.

Pues lo mismo pasa con la informática. Tu quieres que tu móvil o tu ordenador funcionen perfectos siempre, pero nunca deben dejarte tirado con cara de haba. Imagina que vas a una presentación, enciendes tu portátil y te salta una pantalla azul o un kernel panic. O sin ser tan exagerados, la aplicación que estás usando empieza a funcionar de forma extraña. O tiras a encender tu ordenador y resulta que se ha comido la batería en el trayecto de tu oficina a la del cliente.

En principio no pasa nada porque ese cliente también habrá sufrido tus problemas, pero supongamos por un momento que lo que ese cliente va a comprarte son los móviles para su empresa, y resulta que el que llevas de demo revienta al más puro estilo presentación de Bill Gates y el escaner. Lo más seguro es que te diga que ya te llamará.

Sin ser tan drásticos, imagina un arquitecto, en una obra, anotando un plano con su palito y que el programa lo deje tirado. Peor aun, que haga las anotaciones pertinentes, llegue a su oficina y estás ya no estén.

Supongo que ha quedado claro lo que quiero decir.

Por lo tanto, un equipo informático debe funcionar 24×7 o lo más cercano a ello. ¿Quién gana aquí? Está claro, y es por experiencia personal, que Apple se lleva el gato al agua… por lo menos hasta “El capitán” e iOS 9. “Sierra” no anda muy fino pese a llevar ya una actualización, e iOS 10 funciona aceptablemente pero por ejemplo tiene una duración de batería bastante mala.

Sin embargo, parece ser que empiezo a ver un pequeño cambio en favor de Windows 10, que podría ser un espejismo dado mi entusiasmo ventaneril actual. No obstante, como ejemplo de algo actual puedo poner mi recién recibida tableta Cube i7 (que no lleva un i7 sino un CoreM), que va cojonuda de rendimiento pero a la que, durante el primer uso le saltaron algunos glitches.

Por ejemplo, la tienda no se abría, un error bastante común en la versión RTM, que es la que traía. Luego empezaron a fallar las aplicaciones Metro, quedándose deshabilitadas con el mensaje de que tenías que abrir la tienda para repararla. Pero si la tienda no se abre…

Otro error bastante común era el de activar la cuenta online. Eso tampoco funcionaba con la versión RTM. Glitches en le menú de inicio, en la cortinilla que tienes que desplazar al encenderla antes de hacer login, Windows Update que se queda atascado y luego te dice que no puede instalar esto o aquello.

Vamos, la Cube venía con todas y cada una de las ñapas de la versión RTM de Windows 10. Como ya conocía el percal, no me pilló de sorpresa nada de eso. Lo que hice fue bajarme el actualizador de Windows y meterle la versión Aniversario.

Tardó lo suyo, pero con sus 64GB de disco pudo hacerlo sin problemas y después de tener la aniversario instalada, la tienda seguía fallando. Bueno, falló al primer lanzamiento. Luego se actualizó y ya se abría. Las aplicaciones “rotas” se arreglaron solas, todas de golpe, tras reiniciar la tableta una segunda vez.

Entonces pude hacer login con mi cuenta online, y me asoció el número de serie de la tableta con mi cuenta de Microsoft y se acabó meter números de activación.

¿Veis la diferencia? No pasa nada con que algo falle o tenga un problema. Pasa cuando no se puede resolver o son tan jodidamente incompetentes que no saben o no quieren hacerlo. Y por esta y otras experiencias similares, parece ser que Microsoft se está poniendo las pilas.

De hecho, la versión actual con todos los parches funciona, simplemente, cojonuda. Es como si todas y cada una de las protestas que he hecho, las hubieran resuelto por completo. Es cierto que sigue el problema con el USB3 y los discos duros, pero con las últimas actualizaciones apenas me pasa una vez a la semana y la recuperación no es traumática en el sentido de que se reconecta antes de que yo parpadee por la sorpresa.

Y eso indica un grado de sofisticación que había desaparecido de Microsoft desde la salida de Windows 8 y que era habitual antes. A eso hay que añadir que ya no existen esos problemas de apretar un botón y que nada ocurra, otra de mis críticas más serias.

Volviendo al tema de mi visión de la informática profesional, y tras haber utilizado Xcode y Visual Studio, por ejemplo, me quedo con el segundo sin pensármelo un momento. Abstrusidades de Xcode aparte, que las tiene, y no pocas, al final es sensiblemente intestable, haciendo muchas más cosas raras que un windows 8 corriendo en una tableta chinorris con la memoria defectuosa. También sé que el equipo de desarrollo de Visual Studio es igual de bueno que el del desarrollo del núcleo de Windows, y eso se nota en la herramienta. El mayor problema es la lentitud de carga.

Si me pongo la gorra del diseñador gráfico, pintamonas para más señas, o la del editor de vídeo, con todas mis limitaciones, que no son pocas, no veo la plataforma de Apple muy fina en ese aspecto. Evidentemente, un iPad (del tamaño que sea) es una buena herramienta para dibujar un boceto, o para tomar notas rápidas. Más que cualquier Surface, por poner un ejemplo, pero a la hora de hacer trabajo serio, ah, amigo… Ahí sí que no.

A igual nivel de profesionalidad, ¿qué es más eficiente, pintar sobre una pantalla sobre la que directamente ves el resultado, o sobre una tableta situada en tu mesa mientras miras un monitor? Efectivamente, la pantalla directa es mejor.

A fecha de hoy no existe un PC de Apple que sea completamente táctil. Y no, la mariconada esa en la parte de arriba del teclado del MacBook Pro es eso mismo: una mariconada. El DJ de la presentación tocaba la pantalla pero sonaba lo que le salía del orto, y solo había que mirar la cara del tío cuando se retiró. Hasta yo mismo me di cuenta del galimatías que estaba sonando. Además, no veo yo a nadie dibujando ahí a 400 PPI.

Esto me lleva a otra cosa. Si eres un profesional, y necesitas un equipo nuevo, con Apple solo tienes una opción: los nuevos MacBook Pro. No son malos. O más bien son muy buenos. Pero solo si los necesitas tal y como son. No voy a entrar en temas de precio, aunque caros son un carro, siempre lo han sido, solo en características.

Imagina que tienes que renderizar vídeo, o simplemente convertir de un formato a otro. ¿Te valdría uno de esos? Creo que no. Ni siquiera con dos pantallas 4K como mostraron en la Keynote. No, porque lo que tu necesitas es espacio en disco, buses de datos anchos y rápidos y potencia de verdad.

Vale, los nuevos MacBook Pro no te sirven. ¿Qué otra cosa de Apple puedes comprar? ¿El Mac Pro, que está tres años obsoleto y encima ya salió viejo? Pues sí, podrías, pero sabes que está muerto. ¿Un iMAC metrosesuá? Al tercer renderizado tiene un montón de aluminio derretido encima de la mesa.

No, no hay alternativa.

¿Y en Windows? Lo que sobran son opciones. Desde equipos con cuatro, ocho, o doce procesadores XEON con arquitectura NUMA, hasta una tableta chinorris de cincuenta euros. ¿Monitores? ¿Cuántos quieres? Creo que Windows, sin nada extra, soporta hasta nueve si montas las tarjetas de vídeo adecuadas.

Si volvemos la vista atrás en Apple, vemos que siempre han tenido al día un portátil, un equipo de sobremesa y una bestia parda. Ahora solo tienen un portátil, y encima es medio marikita, con todos mis respetos a las variantes sexuales no ortodoxas.

Se ha dicho que Apple (Tim Cook) ha dejado de entender a OS X, de hecho se le ha oído comentar que no entiende cómo alguien pueda necesitar algo más que un iPad. Con eso ya os lo he dicho todo. Sí, a mi me gustan los iPad, pero son para lo que son. Y ponto. Y un portátil es para lo que es. Y un sobremesa, más de lo mismo.

Hay gente (profesionales) que puede usar equipos híbridos sin problemas, pero hay otros que no. Y no pasa nada. Eso sí, debes tener el equipo adecuado para la tarea adecuada. En mi caso ahora mismo, escribo esto en un iMac del 2011 corriendo Windows 10. Es un equipo con 24GB de RAM, un disco duro SSD de 1TB más otro de lo mismo pero mecánico, y dos pantallas, una de ellas 4K. ¿Realmente necesito eso para escribir esta entrada en Scrivener?

Realmente no, ni de lejos, de hecho podría haberlo hecho con la nueva Cube que recibí ayer, pero es lo que tengo y me gusta mucho escribir aquí. Pero fijaos que estoy usando un equipo más grande, no más pequeño. Lo siento, Tim, no me veo yo haciendo esto en un iPad, y eso que tengo tanto Scrivener como Ulysses.

¿Sabéis qué equipo sería perfecto para escribir? El nuevo MacBook, el que solo trae un conector. Esa es la herramienta justa para los escritores no técnicos. O no. Con ese teclado mierdosillo se puede escribir, y escribir muchas horas, pero la velocidad y el placer de hacerlo en mi Filco Cherry Blue no tiene comparación. A eso tenemos que añadir que le trackpad está muy cerca de las teclas, y sí, es grande, jugoso y útil, pero no es la primera vez que me he saltado de línea al tocarlo con los pulgares, esos pulgares morcillosos que tenemos la mayoría de humanos y que por desgracia no se pueden replegar ni volver hacia atrás.

No quiero yo ver lo que podría pasar con los nuevos MacBook Pro y ese dantesco trackpad. Bueno, posiblemente lo sepa en un par de meses, cuando me de un voltio por La Haya y me ponga a escribir en uno de ellos. Porque comprarlo, nasti de plasti, no es mi equipo. Es muy posible que como los usuarios empiecen a quejarse por ello, te digan que es que tienes que recortarte un poco los pulgares.

Yo todo esto lo veo un poco fuera de lugar. Es decir, en Apple han empezado a primar el diseño frente a la utilidad, y por lo tanto se están volviendo cada vez más consumer y menos pro. Si la señora María se salta de línea un par de veces mientras le escribe un correo a su amiga, pues no pasa nada. Pero si un tío que se gana las habas escribiendo tres mil palabras al día, se le cruzan las líneas, pronto veremos un equipo en modo vuelo, sin alas, saliendo por la ventana.

(Y eso sin hablar de los ratones y palitos de inserción anal. Puñetas, yo tengo dos ratones que se recargan por delante, y los puedes usar mientras están en ello. Lo que ha hecho Apple con el nuevo ratón es kafkiano.)

Si hablamos de software, a Apple la va a salvar, otra vez, Microsoft. Porque no es que lo diga yo, que de eso entiendo poco, es que son los propios profesionales del diseño y la autoedición los que comentan que los programas para hacer todo eso son más mierder cada día que pasa.

En mi modesto conocimiento del tema, Pages, Numbers, Fotos, han pasado de ser aplicaciones más o menos funcionales a ser verdaderos juguetitos para lusers sin conocimientos de informática. De hecho, tienen una comparativa directa con las primeras aplicaciones Metro en Windows 8. No ya las de terceros, sino las de la propia Microsoft frente a las de la propia Apple: igual de mierdosas. Lo que pasa es que las de Microsoft eran nuevas de trinca y han ido creciendo poco a poco, y las de Apple eran viejas de trinca y han ido hincando la rodilla poco a poco y cada vez son más mierdosas.

Y digo que la va a salvar Microsoft porque las únicas aplicaciones más o menos buenas que hay son suyas.

Evidentemente es un poco exagerado. Tanto OS X como iOS tienen grandes aplicaciones de terceros, pero cada vez menos. Por lo que sé, la tienda de aplicaciones de OS X es poco menos que un fracaso por todas sus carencias. Y no es nueva, que lleva ya unos añitos y deberían haber implementado cosas como actualizaciones.

En este aspecto Windows cojea exactamente igual que Apple. De hecho cojea más, porque en general las aplicaciones son más mierdosas, aunque de vez en cuando uno se encuentra con una joyita que puede valer todo el tiempo perdido en buscar.

Ambos sistemas tienen la posibilidad instalar aplicaciones fuera de sus respectivas tiendas, y es algo que las salva sin lugar a dudas. Y desde luego aquella leyenda urbana de que no había aplicaciones para MAC es eso, una leyenda urbana. Hay menos aplicaciones, pero las suficientes y de igual o superior calidad.

Por lo tanto en el tema de software ambos andan bastante equilibrados, pero si, en este momento, hay un vencedor seguro respecto al hardware, es Windows.

En mi caso, como desarrollador de sistemas embebidos y mixtos con PC, casi nunca he salido de la plataforma de Microsoft, pero en mi faceta de escritorzuelo de medio pelo, pese a toda la inversión realizada en MAC, creo que es momento de empezar a salir, o al menos a no estar tan encerrado en la jaula con barrotes de acero templado cubiertos de oro. Por si acaso.

Evidentemente esto no va a pasar de un año al siguiente, pero por si acaso, yo me he vuelto a Dropbox pese a todas sus trapacerías con OS X.

Y como pseudo escritor tampoco es que necesite muchas cosas. Un ordenador del tipo que sea con un teclado del tipo que sea y unas cuantas horas para volcar verborrea mental en equivalente escrita, pero si me pongo la gorra del diseñador gráfico, del arquitecto o del ingeniero, bien, si usas MAC ve mirando lo que te va a costar hacer lo mismo en Windows.

¿Y linux? Yo creo que el futuro de Linux es el mismo que ahora: nicho para servidores y para sus acólitos que los mantienen. No veo yo a un pintamonas usando el Gimp para hacer un dibujo, o el Kritta creo que se llama para diseñar un plano…

Sí, Linux tiene sus ventajas pero no son las que un profesional medio neceista.

De Android/Chrome es un poco pronto para hablar, pero de momento, y hasta unos años, la plataforma Chrome es lo que es: un navegador anexo a un hardware que, evidentemente tiene su utilidad, pero tampoco veo yo a un ingeniero ejecutando programas de cálculo en ellos. Y en Android tampoco.

En fin, es lo que hay, nubarrones sobre los profesionales que usan la informática como su herramienta principal de trabajo. Espero, quiero creer, me gustaría, que la cosa se aclarara, pero de momento, ventaja para McEnize, digo Windows.

Por RFOG | 7 Comentarios | Enlaza esta entrada
contacto@wintablet.info tema WinTablet.info por Ángel García (Hal9000)