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Feb 2017
Podcast

¿»Palito» sobre papel o sobre pantalla?


Algunos de los veteranos del lugar andamos con el cansancio del cambio encima. Eso de que cada año nos cambien el paradigma de todo ya empieza a cansar.

También podría ser un tema de calcificación neuronal, vete tu a saber, pero lo cierto es que o palito, o nada. Otra cosa es dónde va a escribir el susodicho.

Sabéis que tanto Juan Luis como yo hemos sido fieros defensores del palito. Palito para el móvil, palito para la tableta, palito para el ordenador, palito para hacer pipí, palito para fo… mentar las relaciones de pareja…

En fin, que yo al menos creo que sin palito la informática actual pierde, y mucho.

Podría poneros el ejemplo de la entrada de Javier. Imaginad si un teléfono Windows pudiera hacer eso. O Android. O iOS. Las posibilidades son infinitas y más allá.

Sin embargo no soy partidario del palito para un equipo de escritorio si no es a la vez convertible ya que, a no ser que pintes monas, no tiene mucho sentido eso de levantar la mano del teclado para tocar la pantalla.

Aparte de eso, el palito es de una gran utilidad para los sesudos varones que toman notas, y para las castas matronas que intentamos imitarlos. Los tiernos plasmoides solo saben hacer circulitos.

Los que estamos acostumbrados a pintarrajear hasta el papel higiénico, vemos completamente natural escribir sobre un PDF, o sobre una página Web, y ya no os digo sobre un libro, con lápiz, eso sí. Si os dejara mi edición de Los Descubridores de Boorstin ibais a flipar en colores marianos con el palimpsesto que es, con anotaciones de todas y cada una de las lecturas que le he hecho, que en cierta medida también trazan mi de-evolución intelectual.

¿Quién no tiene un scrapbook, perdón, libro de recortes? Si no lo tienes es que o bien no eres lo suficientemente Verne o todavía no has descubierto que la meninge ya no es lo que era.

En general, tras una lectura, y muchas veces durante ella, voy escribiendo mis lúcidas elucubraciones como reservorio futuro propio o ajeno. A veces con solo volver a una nota escrita con anterioridad hace que no vuelva a perder el tiempo releyendo algo que ya no me interesa.

O para confirmar algo. O para recrearme en lo que otros han imaginado, léase citas curiosas de libros, pensamientos laterales al calor del papel (o pantallas) en un bar.

En un principio el onanismo anotador iba incorporado en el soporte. O  en otras palabras, y volviendo al libro que he citado más arriba, para consultar algo, tenía que volver al original, ojear y hojear hasta encontrar lo buscado.

Con la entrada del mundo digital eso ha cambiado bastante. Ahora mis p-libros quedan impolutos más allá de unas grasillas dactilares y del robo de partes de us alma gracias a la cámara fotográfica.

Mis e-libros conservan, algunos, los metadatos anotados, pero extraídos al finalizar la lectura e inmortalizados con los comentarios asociados. Esto me lleva a rechazar cualquier aplicación que no me permita anotar, pero también que no me permita sacar las anotaciones en un formato que pueda llevar a otro lado.

De hecho, mis aplicaciones ahora son: Kindle para los eBooks (porque, pese a la pega de no decirme cuántas páginas me quedan para terminar el capítulo, es realmente multiplataforma y la exportación de anotaciones es directa, y encima por varios métodos). GoodNotes porque exporta a PDF, sincroniza entre dispositivos (es un decir, últimamente está fallando mucho en eso y, aunque los desarrolladores han dicho que están en ello, han pasado meses y todavía no he visto nada), y GoodReader para los PDF, uno u otro iPad Pro dependiendo del PDF, sincronizado con el NAS, que es mi “document server”.

Para las anotaciones, sigo con Evernote, y seguiré con él porque OneNote sigue sin hacer lo que quiero, y encima sigue con sus eternos problemas de sincronización

Chulilla ha vuelto a la libreta de papel. Yo también. De siempre es sabido la ventaja intelectual del texto escrito a mano sobre el mecanografiado. Luego usamos una aplicación para recoger nuestros regurguitos mentales y es como si hubiéramos escrito a mano directamente en una pantalla. En mi caso Evernote, que le hará un OCR más o menos satisfactorio. Yo ahora estoy anotando en papel algunas lecturas, pero no todas porque…

… Comparad los resultados. Está bien eso de escribir con pluma (sí, gracias a mi costilla, fan ella de las plumas, el bolígrafo hace mucho que no lo cato. Incluso en el curro me parezco a Cervantes).

Digo que está bien eso de escribir con pluma, pero no hay color entre una cosa y la otra. Podría tener una libreta en papel como la digital, pero no vale el esfuerzo de ir imprimiendo, recortando, pegando… cuando lo tienes todo en la punta de los dedos con un iPad o con cualquier otra tableta o similar.

NOTA: A lo largo de la entrada he dejado un montón de referencias con dobles sentido, más allá de la evidente del “uso” del “palito” (comillas comillas, o guiño guiño). Si no las pilláis, lo siento, o bien sois unos tiernos plasmoides o bien no sois todo lo frikis que tenéis que ser. :-P

Por RFOG | Dejar un comentario | Enlaza esta entrada
contacto@wintablet.info tema WinTablet.info por Ángel García (Hal9000)