No todo iba a ser oscuridad, negrura y penalidades dentro del mundo windowsero de este penincegiagítico impe[r]nitente. También hay alegrías, atemperadas por la sospecha de una intervención secreta, pero al menos ahora me funciona, y lo hace [casi] bien. El casi viene porque a veces son más de 24 horas lo que tarda, pero al final, funciona.

¿De qué hablo? Después del corte.

Nunca me funcionó del todo bien la sincronización de las cosas en Windows. En general la expresión no sería “del todo bien”, sino más bien “nunca”. Cosas como sincronizar favoritos de Edge, o las claves de acceso guardadas (credenciales en jerga Microsoft), la Lista de Lectura, digo, nunca funcionaron bien desde el primer momento.

Cuando la Lista de Lectura era una aplicación independiente, estuvo en marcha cosa de un par de meses, luego se atrancó y allí se quedó atrancada hasta, literalmente hablando, hace cinco días. Ahora vuelve a funcionar, y al pelo, oiga.

Lo mismo me pasa con la configuración de Windows 10 propiamente dicha: temas, colores y otras opciones. En este caso sí que me han venido funcionando más o menos mal. Es decir, en general no lo ha hecho, pero alguna que otra vez sí.

Por ejemplo, si en Windows 10 cambias el idioma para mostrar en un equipo, cuando vayas a otro eso se irá cambiando gradualmente. Antes del Creators, en dos sesiones: la primera vez te instalaba por lo bajini lo que hiciera falta, y la segunda vez que hacías login lo cambiaba. En la Creators, lo hace todo a una, como Fuenteovejuna, y cuando te das cuenta lo tienes todo en el idioma al que cambiaste en el otro ordenador.

Una vez que vuelvas a hacer login, lo harán las partes que no se cambiaron por no ser compatibles con ese cambio en caliente.

O eso es lo que me dicta la experiencia personal. Quizás el modo de hacerlo sea diferente, pero a mi me ocurre así ahora y como os he contado antes de la última actualización.

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Respecto a las credenciales, lo cierto es que, salvo muy contadísimas ocasiones, jamás funcionó salvo, creo los primeros días en que instalé Windows 8 en la Surface Pro 1. Después de unas semanas, jamás volvió a dar señales de vida excepto cuando instalé la versión Aniversario de Windows 10.

Sí, como lo leéis: he pasado muchos años sufriendo las hemorroides sincronizadoras en más o menos silencio. Una de las cosas más chulas del ecosistema de Windows jamás llegó a funcionarme como debía.

Comprenderéis que despotricara bien alto y de forma contundente, máxime cuando en macOS y en iOS me ha funcionado bien hasta cuando lo normal era que no lo hiciera por los problemas que también ha tenido Apple con sus nubes.

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Pensando que la Creators resolviera el problema, instalé unos días antes de su salida oficial y… sí funcionó… un día. A las 24 horas de haber metido esa versión en mis ordenadores, volvió a las andadas.

Ya es raro, pero es como me pasó.

Un poco ya hasta los mismísimos cojones del tema, decidí preguntar en los foros de ayuda USA. La primera vez que lo hice me trasladaron el mensaje a los foros de Insiders porque pregunté teniendo instalada la versión .11. Cuando se instaló la .13, que es la realmente final, volví a preguntar haciendo ver que el problema no era específico de una Insider, y fue ahí cuando respondió directamente alguien de Microsoft pidiéndome que cambiar los DNS por unos públicos, ya que el “Asistente para resolver problemas con las cuentas de usuario” me decía que no podía conectar con los servidores de sincronización.

En un primer momento pensé que era otra de esas respuestas típicas de los servicios técnicos que son técnicamente válidas pero completamente inútiles.

Pero no, cambié los DNS, el primario a Google y el secundario a OpenDNS y… ¡oh! Funcionó.

En cosa de minutos se me sincronizó todo… menos las credenciales. Hacía un cambio en un ordenador, cambiaba al otro y veía con mis ojos cómo el cambio se transmitía al nuevo, igual que si estuviera usando cosas de Apple.

Lo comenté en el foro y me dijeron que le diera algo de tiempo. 24 horas. Y sí, al día siguiente los cambios que había hecho en el ordenador del trabajo estaban en mi SP4, así como el hecho de que todas las claves se habían replicado en todos los ordenadores.

La prueba final fue cambiar la clave a Inoreader y… antes de las 24 horas estaba cambiada en todos los demás. No es Apple pero es aceptable.

Esta mañana he comprobado que también se ha producido la sincronización en mis teléfonos Windows, pero no al completo.

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Ahora viene el tío de la rebaja, por supuesto. ¿Eran los DNS? Lo dudo, y no poco, porque, ¡ah, amigo!, el asistente de problemas con las cuentas de usuario seguía (y sigue) diciéndome que no puede acceder al servicio de sincronización.

Si solo fuera eso…

… Porque he decidido hacer la prueba tan tonta de volver a mis DNS anteriores, que son los que me da mi proveedor de internet y… sigue funcionando al pelo. Incluso después de un “flush” de DNS (ya sabéis, ipconfig /flushdns).

Además, qué coincidencia que me empezara a funcionar después de quejarme. Cuando vivía en España tampoco me funcionaba bien, y allí tuve a Ono como proveedor. En Holanda, ahora, tengo dos proveedores completamente diferentes, uno en casa y otro en el curro, y el de casa es fibra de 250 simétricos.

¿Coincidencia que ninguno de ellos tuviera actualizadas las IP de los servicios de sincronización de Microsoft? ¿Nadie que use Ono en España sincroniza con Windows? ¿Nadie aquí con Caiway?

Sinceramente, no me lo creo, máxime que me pasó igual cuando me quejé de lo mismo en los foros españoles, pero con la Lista de Lectura: estuvo funcionando unos días, y al cabo dejó de hacerlo.

Lo que creo que ha pasado es que, ante mi queja, alguien ha descubierto una ñapa y la ha arreglado y, con la excusa de los DNS, todos felices cual perdices al viento.

(Y no, no es que me lo hayan hecho específicamente por ser yo, RFOG, sino que simplemente debe ser algo habitual).

También puede entrar en juego la propia actualización de la Creators, que haya arreglado algo de las tripas, pero resulta que mi a mi 950XL ni le he cambiado los DNS ni le he tocado nada y… ¡tachán!, sincroniza al pelo.

Como dijo aquél, la verdad está ahí, solo hay que buscarla.

A ver lo que me dura todo esto funcionando.