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May 2013
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Cómo recuperar algo de nuestra preciada pero nunca tan escasa memoria

La computación móvil actual promete mucha libertad a excepción de la capacidad de almacenamiento. Un problema que estoy sufriendo tanto en mi ultrabook Apple Macbook Air como en mi wintablet atom Acer Iconia W510 es que en sus correspondientes 64 Gb SSD hay espacio para poco y nada.

En las ultrabook y wintablet actuales no hay espacio para casi nada. Hay poco espacio para aplicaciones (aunque hay que decir que las aplicaciones Estilo Windows 8 tienden a ser más ligeras que sus contrapartes de escritorio tanto en Windows como en Mac). Hay poco espacio para documentos propios (SkyDrive, Mis documentos, fotos, videos, música, etc.). Hasta hay poco espacio para la memoria virtual que suele necesitar todo sistema operativo moderno. Para agravar la situación, por metodología de formateo y la partición de recuperación, el disco no tiene los 64 Gb. que promete.

Estaba acostumbrado a los gigantes discos duros tradicionales que nunca se llenan, por lo que convivir con esta limitación es difícil y estresante. Después de tener computadoras que almacenaban toda mi vida digital, tanto laboral como personal, desde que conocí el primer disquete hasta ahora, incluyendo la información generada en todos los periféricos asociados (Tablet, Smartphone, scanner, etc.), estoy de regreso a la década de 1990, con sus restricciones. Restricciones que eran compensadas con diversas técnicas más o menos exitosas, que todos pensaron dejar atrás en la dorada década del 2000.

En fin, los 90' están de regreso y con ello Windows 8 nos recuerda dos trucos de la vieja escuela, a saber:

Truco 1. Comprimir la memoria

No usaba este truco desde DOS 6.0 en mi vieja PC 286 con un disco duro de 40 Mb. Este truco está de regreso y es tan importante ahora como lo era en aquel entonces.

Windows 8 tiene la capacidad de comprimir la unidad de almacenamiento externa (en mi caso, un SSD de 64 Gb). Los pasos a seguir son los siguientes:

  1. Iniciamos el Explorador de Archivos (en mi caso, un mosaico de la pantalla de Inicio).
  2. En la columna izquierda seleccionamos Computadora (antiguamente llamado «Mi PC») para ver todos los discos duros y memorias disponibles.
  3. Clic o dedo sostenido en el disco que queremos comprimir para poder ver el menú contextual. (en mi caso, sólo había un disco así que no podía equivocarme).
  4. En el menú contextual elegimos la última opción «propiedades».
  5. Así nos aparece la pantalla que Propiedades. La primera lengüeta o pestaña se llama «General» y nos aparece un gráfico de tortas que representa a la memoria, su espacio utilizado y el espacio disponible.
  6. Marcamos con una tilde la opción «Comprimir esta unidad para ahorrar espacio en disco».
  7. Presionamos el botón ACEPTAR.
  8. ¡Listo! Comenzamos a comprimir nuestro disco de almacenamiento.

El proceso es lento, dura varias horas y a lo largo de la misma aparecerán varios mensaje de error porque hay archivos que no pueden ser comprimidos porque se están utilizando en ese momento. Cada vez que pasa eso hay que elegir la opción «Omitir».

Una vez finalizado el lento proceso tendremos todo un disco comprimido y cada cosa nueva se comprimirá automáticamente. Esto implica que a cambio de ganar algo de espacio en la memoria, el procesador tendrá algo más de trabajo llevando a cabo los procesos de compresión y descompresión. Tarea que también requiere un sensible aumento en el uso de la RAM. Son los precios a pagar a cambio de disfrutar de algo más de espacio de almacenamiento.

No necesariamente esto apareja un sistema más lento, de hecho el proceso de compresión/descompresión llevado a cabo por el procesador (en mi caso un Atom) puede ser mayor que la tasa de transferencia del SSD por lo que la velocidad termina aumentando sensiblemente. Aun así, un mayor trabajo del procesador también suele implicar unos minutos de batería.

Yo estoy probando esta solución en este momento y no he notado diferencias perceptibles en velocidad y autonomía. A cambio gane unos modestos pero muy preciados 3,4 Gb adicionales.

Como todo disco comprimido, el espacio libre es orientativo. Una imagen, un video o una canción ya están comprimidas por lo que al pasar por este proceso cambiarán poco y nada, incluso puede aumentar. Un documento de texto o un archivo de Excel, en cambio, pueden terminar siendo mucho más pequeño, tan pequeño como un 10 o 20 % de su tamaño original. Es muy difícil saber, por tanto, si esos nuevos 3,6 Gb. libres los podré ocupar con idéntica cantidad de nuevos archivos, una mayor cantidad o, incluso, algo menos. Todo depende del tipo de documentos (fotos, videos, textos, cálculos, etc.) que utilicemos.

Truco 2. Liberar Espacio.

Cualquiera que haya llegado hasta aquí seguramente habrá notado de qué tratará el segundo truco. Se trata, simplemente, de seleccionar ese gran botón que dice «Liberar Espacio».

Es una opción bastante antigua (no lo recuerdo bien, pero me parece que nos acompaña desde Windows 98 en adelante), pero que muchos pueden haber olvidado.

Liberar espacio no sólo permite ahorrar espacio, sino también ayudar a que el sistema sea más eficiente y rápido. Muchas veces aquí se encuentra la razón por la que el sistema se va poniendo cada vez más lento. No es la única razón, pero contribuye.

No voy a repetir todos los pasos de nuevo, sólo decir que al presionar el botón «liberar espacio» nos aparece una nueva ventana donde podemos elegir qué borrar y qué conservar. En mi caso, prefiero borrar todo a excepción de las imágenes en miniatura de mis documentos. Esto implica que tengo que tildar todas las demás opciones y, finalmente, darle a ACEPTAR.

Al final del proceso yo recuperé otros 828 Mb de espacio. Nada mal ¿No les parece?

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Por Quique | 6 Comentarios | Etiquetas:

6 Comentarios

Enviado el 15/05/2013 a las 00:23 | Permalink

«En fin, los 90′ están de regreso y con ello Windows 8 nos recuerda dos trucos de la vieja escuela, a saber:»

Bueno, esto es, desde luego, algo a tener en cuenta en máquinas con poco espacio de almacenamiento, así que buen apunte para quien no conozca estas posibilidades.

Aunque quisiera puntualizar, por si alguien pudiera confundirse leyendo este artículo, que estas opciones no son ninguna novedad en Windows 8, sino que están disponibles desde hace muchas versiones de Windows. Eso sí, en concreto la compresión sólo estaba disponible si se usaba NTFS como sistema de archivos, por lo que era desconocida para mucha gente en una época en la que todavía solía usarse FAT. Hoy en día sigue siendo siendo así, pero puesto que los discos duros suelen formatearse ya siempre en NTFS la opción de compresión sólo se echa en falta en dispositivos como tarjetas de memoria y pendrives, que aún suelen formatearse en FAT.

Enviado el 15/05/2013 a las 00:54 | Permalink

Yo siempre he pensado que comprimir el disco entero ralentiza por lo que comprimo a nivel de subfolder escogiendo aquellos que ocupan mucho espacio y no son de uso continuo. Por ejemplo, carpetas de juegos, documentos, etc.

    Enviado el 15/05/2013 a las 00:59 | Permalink

    Eso mismo hago yo, y al tipo de carpetas que dices yo añado aquellas que contienen muchos archivos pequeños, que pueden estar ocupando cada uno un cluster entero cuando en realidad su contenido es de sólo una pequeña parte de ese cluster.

    Quique
    Enviado el 15/05/2013 a las 12:01 | Permalink

    Antiguamente comprimir un disco, o cualquier cosa, ralentiza.
    Desde hace unos años se afirma que los procesadores son tan veloces que el proceso de compresión/descompresión termina siendo más rápido que acceder al archivo en tamaño natural en un relativamente lento disco (esto sería así incluso en los veloces SSD).
    De hecho, esto es lo que anunciaban con una de las actualizaciones de OS X (creo que era Mountain). Anunciaba como novedad que para ahorrar espacio en disco gran parte del sistema operativo esta comprimido y que gracias a eso en las nuevas Mac Intel esto repercutía en una mayor velocidad que sin comprimir.

    En mi caso personal, aún no he notado diferencias significativas en el rendimiento. No la nota ni más rápida ni más lenta. Tampoco noto que dure menos la batería.

Enviado el 15/05/2013 a las 13:54 | Permalink

Buenos apuntes.

Obviamente, el otro truco es utilizar almacenamiento en la nube para todo aquello en lo que podamos permitírnoslo, es decir SkyDrive, Google Drive, Box, Dropbox, SugarSync, Evernote,…

Claro que esta opción tiene la limitación de la dependencia de una conexión de datos, pero para mucho tipo de información es perfectamente válido y además nos permite tenerla sincronizada entre diferentes equipos.

Yo estuve trabajando más de medio año con el 90% de mi contenido en Google Drive (tengo allí 80 GB) y con eso una buena memoria externa se puede funcionar.

    Quique
    Enviado el 15/05/2013 a las 14:15 | Permalink

    Eso es perfectamente válido con Google Drive y SkyDrive metrificado, por ejemplo. No ocupan espacio, pero necesitan una conexión permanente a Internet.

    Pero esto no es valido en todos los casos. No es el caso de Dropbox, Evernote y SkyDrive de escritorio. En estos casos en realidad almacenan una copia local de toda la información en la nube y van sincronizando. Lo malo es que ocupan espacio. Lo bueno es que se puede continuar usando si se carece de una conexión a Internet.

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