No lo sabía. Pensaba que un tablet más grande me convenía más, portando conmigo siempre un Note 4 de 5.7″.
Pues no
Tengo un bolso en el que llevo cuaderno y útiles de acuarela. Es rarísimo que no me acompañe. En ese bolso cabe hasta un iPad, pero el peso me resulta excesivo.
Si quiero llevar algo más grande, ya sea Note 12 o laptop, tengo que pasar a mi mochila. Que está bien, me gusta y eso, pero es más bulto y acabo llevando más peso. Con el bolso me fuerzo a cargar con lo mínimo para mis aficiones.
Pues bien, el denostado plástico de un tablet chino de 8 pulgadas es una bendición. Es un ahorro de peso significativo, tanto que en el tiempo que llevo probando este equipo no he dudado en llevármelo a cualquier parte.
Contando con que es un equipo auxiliar, sus 6 horas son aceptables sabiendo que no lo voy a soler usar tantas horas seguidas.
Estas 8″ también son gozosas para la vista y la mano. Para la vista, porque acabo leyendo mejor que en 5.7″. Puedo leer en el móvil, leo mejor en una pantalla así. Para el brazo, porque pesa tan poco que puedo estar sosteniéndolo mucho más rato que un tablet más grande.
Cuando leo en instapaper, cada página alberga más texto a un tamaño de fuente adecuado para mi presbicia. Mucho más cómodo que pasar de página cada 10 segundos. Otro tanto cuando escribo. Y la resolución en Windows es más cómoda que full HD, porque los elementos de las aplicaciones se ven más grandes y se acierta en ellos con más facilidad.
La verdad, no sabía hasta ahora que un tablet de 8 pulgadas ligero tendría tanto hueco en mi vida cotidiana. Y más aún si es barato: no es lo mismo que se te rompa o extravíe un dispositivo de 75$ que uno de 400$. No digo que haya que tratarlo sin cuidado, porque precisamente no está fabricado para eso, pero sí que yo al menos ando más relajado con un dispositivo más barato en el bolso
En resumen, su tamaño, ligereza y precio me permiten que me acompañe a cualquier parte, lo que acaba siendo cierto sólo para el móvil, no para tablets más grandes. Y pensarlo como equipo auxiliar (no como equipo con el que hacer todo en todo momento) le da la lógica definitiva: para ratos, para oportunidades, quizás para parte de una tarde, para una sala de espera… muchos ratos, al final, en los que te va a servir más que un smartphone para algunas cosas
Síguenos