Una de las ideas que me animaron a empezar a escribir aquí fue la posibilidad de que los futuros tablet pc con windows 8 ofrezcan la posibilidad de no renunciar a nada. Al menos, los que estén basados en x86. Creo que es conveniente repasar los usos que damos a cada dispositivo para ganar perspectiva

¿Qué hacemos con un portátil? Sencillo: todo lo que nos permite hacer un PC, y con la posibilidad de usarlo fuera de la mesa de trabajo. La interfaz es la GUI que nos lleva acompañando casi 20 años (en su forma moderna), completamente orientada al uso de ratón y teclado. Y no lo olvidemos, es la interfaz más productiva desarrollada hasta la fecha. Me da igual si es productiva porque en su momento no había otra cosa y nos vimos forzados a dominarla, pero hoy es un hecho. Si le sumamos a esto que los programas de productividad del tipo que sea se han desarrollado para PC (para windows principalmente) la cosa está clara

¿Qué hacemos con un Tablet PC? Un tablet PC es un PC portátil que incorpora un lápiz y tecnologías de tinta electrónica. En sí mismas son perfectamente funcionales y eficaces, pero el problema es que no hay suficiente software realmente adaptado a la tinta electrónica (en realidad, poco más que OneNote) que justifique el sobreprecio de los Tablet PC en su momento (salieron costando el doble literalmente que un portátil normal). No se han extinguido, se han mantenido en algunos nichos profesionales y por un pequeño grupo de entusiastas entre los que me encuentro, pero creo que son una de las paradojas recientes más extremas en las tecnologías personales: un producto perfectamente maduro y válido, al que se le podría sacar mucho partido en distintos ámbitos, pero que sigue fuera de las manos de la mayoría de los usuarios.

¿Qué se hacía con un UMPC? Vamos a tratar más en detalle dentro de unos días la historia del UMPC, pero como poco podemos definirlo: se trata de pequeños equipos basados en x86 y windows, con pantalla de 5 a 8 pulgadas e interfaz táctil y básicamente heredada de windows, sin adaptaciones destacables

La idea tenía todo el sentido: reducir el tamaño y peso de los PC de la época y adaptarlos a escenarios de mayor movilidad. El teclado se eliminaba en algunos UMPC porque el tamaño de pantalla forzaba un tamaño de tecla insuficiente para los dedos de un adulto.

¿El resultado? Los compañeros, casi todos veteranos en el uso de UMPC, os lo pueden confirmar. Dejando aparte que las CPU de la época no eran suficientes, la autonomía era escasa y, lo que es peor, la interfaz era difícil de usar. La interfaz estaba optimizada para ratón y teclado en pantallas más grandes, y usarlo con el dedo o con puntero no era del todo cómodo ni mucho menos intuitivo. Lo que los remató fue el coste: placas que no podían ser generalistas, que tenían que hacerse exprofeso, como parte de los componentes, lo que nos conducía al entorno de los 1000$.

En resumen, los requisitos eran apetecibles, pero la fórmula no. Microsoft ya tenía la fórmula para hacerlo manejable, las tecnologías Tablet PC tan queridas por Gates y tan olvidadas por Ballmer, pero no apostaron en serio por adaptar la experiencia de uso de la GUI al lápiz y al tacto. El proyecto origami, siendo correcto, no era suficiente.

¿Qué se hace con un tableto? ¿Qué es lo que no se puede hacer? Llamo tableto a los dispositivos de mano que no son tablet PC, por aquello de diferenciar con un poco de cachondeillo. Por una parte, los tabletos logran lo que no lograron los UMPC. El peso es muy reducido, la autonomía de bastantes horas, y la interfaz está plenamente adaptada al tacto. Son un éxito, aunque hay que relativizarlo y compararlo con las ventas de PC. Digo esto porque se da por supuesto que los tabletos son el único camino, y lo cierto es que ni siquiera en el primer mundo han alcanzado a una parte significativa de la población. De momento progresan adecuadamente en su curva de adopción, pero éxito y garantizado son términos que no se llevan bien en nuestro campo de las tecnologías personales.

Lo que no podemos hacer con ellos es trabajar, a poco que necesitemos aplicaciones complejas. El precio a pagar de la adaptación de la interfaz al tacto es que no se lleva bien con aplicaciones con muchos menús y opciones. Las prestaciones de sus CPU ARM tampoco son suficientes para muchas tareas, y por más que sea atractivo el tacto, a día de hoy no permite la productividad del teclado y el ratón, por más que estén ¿pasados de moda?. De hecho, son dispositivos orientados al consumo antes que a la creación de contenidos.

El Tablet PC con Windows 8 y CPU x86 puede llegar a ser el dispositivo de convergencia. Como vengo diciendo, puede ofrecer tanto la facilidad de uso en movilidad de una interfaz táctil como conectarse a un teclado o ratón y usar el software de productividad que se necesite. Software que estará a nuestra disposición desde el primer momento porque, a menos que me equivoque, Microsoft ha pensado en sus clientes corporativos y no ha roto la compatibilidad con el software precedente.

¿Cuál sería el precio a pagar? O algo más de peso, o algo menos de autonomía, o un poco de ambas. Diría que es poco a cambio de tener tanto las ventajas de los tabletos como las de los tablet PC. En otras palabras, el Tablet PC con Windows 8 tiene todas las posibilidades de cumplir la promesa que no pudieron los origami / UMPC allá por 2006. Y francamente, si la autonomía y el peso acompañan, un tableto no me parecerá justificable si con un sólo dispositivo puedo hacer lo que hago ahora con un portátil y con un tableto.