Esta entrada está basada en un resumen y parafraseo de tres entradas publicadas en blogs de Microsoft, y si os interesa el tema os recomiendo encarecidamente que hagáis clic en los enlaces:

• Delivering fast boot times in Windows 8
• Reengineering the Windows boot experience
• Protecting the pre-OS environment with UEFI

Algunos medios, tan enterados y tan fantásticamente endogámicos ellos, comentan que Windows 8 exigirá una BIOS UEFI en lugar de las clásicas, y que dicha BIOS tendrá que venir firmada y enlazará con el sistema de arranque de Windows, por lo que el círculo está cerrado y Microsoft ha conseguido que los ordenadores solo puedan llevar su sistema operativo.

Cambiad palabras, variad un poco el grado de limitación y restricción del nuevo Windows 8 y obtendréis lo que se habla por algunos sitios.

Bueno, pues eso es totalmente falso.

En primer lugar porque Windows 8 se puede instalar en cualquier ordenador más o menos moderno, tenga el tipo de BIOS que tenga. Si no te lo crees, bájate una ISO y la instalas en el equipo de tu preferencia. Y verás cómo no hay ninguna restricción.

En mi caso, ni el PC (una Gigabyte tradicional), ni el Tablet Convertible, ni el iMAC  (mid 2011) me han puesto impedimento alguno a la hora de instalarle un Windows 8. Por decir, ni siquiera en una máquina virtual, cuyas BIOS son emuladas.

***

A Windows 8 le va a gustar mucho una BIOS UEFI firmada digitalmente para arrancar. Pero no es obligatorio (mi iMAC tiene una de esas, que firma el OS X pero no el Windows, y tan pancho, oye). Le va a gustar por un tema de seguridad, para evitar virus de MBR y virus de BIOS y virus de arranque. Pero no lo va a exigir. Ojalá la gente de Gigabyte saque una para la placa base de mi PC.

En otras palabras: con una UEFI firmada digitalmente se acabaron los virus de arranque, las sustituciones de disco duro para arrancarlos en otro ordenador y otros posibles intentos de entrar en ordenador ajeno. O si no se acaban, al menos en cuanto te entre uno te vas a enterar. Yo firmaba por eso ahora mismo.

En un principio, una UEFI no tiene que estar limitada a nada. Las de los iMAC lo están, puesto que no puedes desactivar la obligatoriedad del firmado, no al menos sin hacks. Y justo al revés, no puedes instalar un OS X en una UEFI con la firma adecuada.

Sin embargo, si el fabricante del ordenador quiere controlar qué se instala en la máquina Windows que te está vendiendo, sí que podría forzar no sólo a una firma, sino a la instalación de un sólo sistema operativo, e incluso limitar otras cosas.

Microsoft ya ha dicho que no va a forzar a nadie a que las UEFI vengan firmadas o no, o que no se pueda desactivar el firmado. De hecho va a ser cosa del fabricante de la placa base o del montador el hacerlo como quiera, incluso seguir poniendo BIOS clásicas. Windows funcionará con todas ellas.

***

Windows 8 trae algunas mejoras en el arranque, aparte de la posibilidad de utilizar UEFI y firmas digitales para evitar la intrusión de malware. Una vez se ha terminado la rutina del POST (las letras esas raras que suelen aparecer antes del logotipo de Windows), que a veces dura bastante debido a todo el hardware que hay que inicializar y que se supone las UEFI aliviarán algo, entra en funcionamiento el sistema de inicio de Windows.

No vamos a explicar aquí cómo funciona, simplemente decir que se carga el núcleo, los drivers y finalmente la Shell, todo ello de una forma más o menos secuencial.

Si hemos suspendido a RAM, el arranque es más rápido, ya que se restaura (o más bien se activa) la imagen en memoria del sistema, lo que apenas dura un segundo o así.

Si hemos hibernado, el sistema carga y descomprime en memoria la imagen almacenada en disco y luego procede a algo parecido al despertar desde RAM, tardando de más lo que tarde en leer el disco, que en sistemas con mucha memoria puede llegar a ser incluso más largo que un arranque normal.

Bueno, pues Windows 8 implementa un arranque que es mezcla de los tres. Los comienzos son iguales a como han sido siempre. El MBR inicia Bootmgr.exe, que a su vez lanza Winload.exe y entonces se cargan los drivers indispensables para arrancar. Luego se carga el registro y los demás drivers necesarios. Pero aquí ya comienzan las diferencias. Todo esto se hace a partir de una imagen reducida del núcleo, almacenada en el fichero de hibernación, de modo que los tiempos son bastante menores.

Digamos que el arranque de Windows 8 es una combinación de inicio en frío y deshibernación, lo que reduce de forma dramática el tiempo de carga. Y encima de forma paralela, repartiendo todo el código entre los diferentes cores y procesadores disponibles.

Finalmente se carga la sesión del usuario, también en paralelo.

De todos modos, este aspecto se puede forzar mediante línea de comandos. Es decir, podemos lanzar un reinicio/apagado completo o parcial (que es el valor por defecto) cuando queramos, por ejemplo si vamos a instalar hardware nuevo.

***

He de comentar que esto es en teoría, porque al menos no ocurre así en ninguna de las máquinas en las que he instalado Windows 8. O bien se debe a la necesidad de una BIOS UEFI (no creo que sea así, porque la del iMAC lo es y no funciona), o bien a que los drivers soporten las opciones necesarias o lo más probable: que todavía no esté implementado en la versión pública. De todos modos, visto el vídeo de demostración que aparece en los enlaces de arriba, os aseguro que el arranque en frío es más rápido que el despertar de mi Macbook Air, que se toma unos tres segundos de autismo una vez le has levantado la tapa.