No sé si conocéis ZTE. Es un fabricante chino cuya web está caida en el momento de escribir este post, pero del que hablé hace unos meses en mi blog. Son un importante fabricante de equipos de telecomunicaciones que lleva un año tratando de meter la cabeza en el sector de la electrónica de consumo (smartphones y tablets), no como fabricante para otra marca sino con su propia marca.

Ya han llegado sus equipos a España (El ZTE Light). Pero claro, sin marca reconocible con con miles de compatriotas tirando el precio de los tablet android hacia abajo, no hay mucho que rascar. Una marca despega si se logra diferenciar, si se logra que se la identifique, y en ello están los señores de ZTE.

Podemos leer en Windows 8 beta que la apuesta de ZTE es Windows 8. Lo de competir con el iPad de momento es muy optimista, pero ¿quién dijo miedo? Como poco, una afirmación así llama la atención, aunque sea para criticarles. Pero ya sabéis, lo importante para un desconocido, si quiere dejar de serlo, es que hablen de él.

Y ojo, la jugada es más factible de lo que parece. Los fabricantes chinos están más que hechos a ajustar los costes de equipos con x86. Hasta que Vietnam despegue, no hay lugar en el mundo donde se fabrique electrónica más barato que en China. Si ajustan los costos de su tablet con Windows 8 (con un disco SSD pequeño y barato, p.e.) y aportan todos los componentes imprescindibles para evitar el fiasco (pantalla capacitiva, 2 Gb de memoria), pueden llegar al lanzamiento en 2012 de Windows 8 con un tablet PC de precio contenido y rendimiento adecuado.

Y/O también, dado que su experiencia en este segmento es con ARM, pueden aprovechar sus diseños para Android y adaptarlos a Windows 8. Por narices, con más memoria, y entiendo que para 2012 con una CPU más potente (al menos dual a 1,5Ghz)

No van a ser los únicos, claro. Los grandes van a apostar por Windows 8 en tablet lo que no hicieron por UMPC, porque ahora hay demanda para los tablet y el producto es mucho más maduro y apto para los consumidores. Pero si ajustan los precios pueden abrirse hueco por abajo. Y cuentan con una ventaja final: Android empieza a calar entre el segmento principal de los consumidores, pero Windows no necesita presentación. Ya se conoce. Y modas aparte, la demanda de «mis aplicaciones», «mi office», etc., sigue ahí.