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04
Nov 2011
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Me la envaino: Courier

La lengua, se entiende. Hace una semana hablaba del lenguaje visual de Microsoft y los excesos con el Hollywood OS. Mi parte aragonesa me impele a indicar que creo seguir en lo cierto, que los mensajes sobre el futuro de Microsoft están en manos de especialistas en publicidad sin suficiente contacto con los productos, y que hay que tener mucho cuidado con qué mensaje visual acaba encontrándose con el público, por aquello de las expectativas.

Pero una magnífica serie de dos artículos sobre la muerte del Courier me fuerzan a reconocer que incluir al Courier como producto de Hollywood OS fue un error. Era demasiado diferente a lo que ofrecía Microsoft, sí, pero podría haber sido real. Veámoslo.

La primera y emocionante parte del artículo empieza fuerte:

Steve Ballmer had a dilemma. He had two groups at Microsoft pursuing competing visions for tablet computers.

One group, led by Xbox godfather J Allard, was pushing for a sleek, two-screen tablet called the Courier that users controlled with their finger or a pen. But it had a problem: It was running a modified version of Windows.

That ran headlong into the vision of tablet computing laid out by Steven Sinofsky, the head of Microsoft’s Windows division. Sinofsky was wary of any product–let alone one from inside Microsoft’s walls–that threatened the foundation of Microsoft’s flagship operating system. But Sinofsky’s tablet-friendly version of Windows was more than two years away.

Con lo que no me queda otra que empezar acorde, y resistirme a aceptar un cuento de buenos (el creador de la XBox, Allard) y malos (el director de la división de Windows, Sinofsky). Pero hay que desarrollar la historia.

Como dice la cita, había que tomar la decisión de esperar 2 años a que saliera Windows 8 y dispositivos preparados para él, o adelantarse al iPad con un producto mucho más imaginativo y visualmente potente. Las cosas como son, es una decisión tremenda para cualquiera: retrasar la reacción a los cambios en el mercado, o poner en el mercado un producto que distorsiona la percepción de los productos Microsoft. No es evidente en absoluto, porque a poco que hubiera tenido éxito el courier, habría amenazado la venta / aceptación de los equipos ultraportátiles con Windows 8. Además, y lo que es peor, Allard había desengranado al Courier de algunos de los productos estrella (Exchange, p.e.), de manera que cuando Bill Gates habló con Allard a instancias de Ballmer y le preguntó por el uso del email, la respuesta fue que se podría consultar a través de la web, porque se supone que el Courier iba a ser un dispositivo complementario. Os podéis imaginar la alarma que eso le tuvo que despertar al exCEO, sabiendo que el éxito de Microsoft ha dependido de la fuerte conexión de todos los productos de éxito entre sí: una PDA y luego un smartphone con WinCE/ WinMobile tenían que conectarse de todas las formas posibles (incluida la metáfora visual) al cuerpo central de productos de Microsoft.

Peor aún, la lógica del Courier es inapelable por sí misma, y se justifica mucho más que los tablets que le han seguido. Esto es, el usuario podría llevar un smartphone para comunicación, al que conectaría el courier para consultar contenidos y generar contenidos e ideas de forma mucho más cómoda, y saltar al portátil o sobremesa para el trabajo en serio. Sí, no soy objetivo: la idea del Courier me sigue emocionando, y creo que no es la solución en busca de un problema que son en cierta medida los tablets modernos, sino un concepto elegante que respondía mejor que los productos existentes a muchas necesidades de creación.

Pero recuperemos la idea anterior: hasta la fecha, los productos mainstream de Microsoft han basado parte de su éxito en el éxito de sus «hermanos», ya hablemos de Windows, Office o Exchange, por citar tres. Esto en ocasiones lleva al exceso, como puede ser el caso de querer matar moscas a cañonazos integrando Office 365 a partir del potentísimo SharePoint online para PYMES y autónomos.

Courier no es un caso tan aislado. Sí, Allard es conocido por su éxito memorable con la XBOX, pero Microsoft gasta un dineral al año en R&D, i+d o como queramos llamarlo. El problema, siempre el mismo: cómo la idea brillante puede encajar con las joyas de la corona.

Y esto me devuelve al Hollywood Operative System. Como dijo el maño que iba con su burro por la vía del tren y apareció el tren pitándole para que se apartara: «¡Chufla, Chufla, que como no te apartes tú!». Efectivamente, el caso del Courier me ha hecho matizar el papel del Hollywood OS. Hasta la salida de Windows 8, la evolución pausada e incremental de los productos Microsoft se debía no sólo al enorme peso de las herencias, sino a que una innovación muy fuerte en una de las joyas de la corona la desengranaría de las demás. Eso estuvo cerca de pasar con Office 2007, pero era inevitable: después de Office 2003, era imposible añadir nuevas funcionalidades a la interfaz tradicional, que ya corría riesgo de colapso.

Y como indican, el CLIENTE de microsoft, la gran corporación, va a prestar mucha más atención a un dispositivo, un tablet, con Windows «como D*s quiere y manda», que a la radicalidad del Courier. Los creativos no son jinetes corporativos, pese a que las corporaciones les puedan (¿nos puedan?) necesitar en un momento dado. La corporación busca mejoras paulatinas y justificables para el ecosistema que manejan, y de ahí las expectativas que empieza a levantar Windows 8: peso, tamaño, manejabilidad (fashionabilidad) de los tablet combinados con las aplicaciones que necesita el jinete de las salas de reuniones.

Sea como fuere, el artículo es, junto con su segunda parte, de lo mejor que he leido este año sobre tecnología, tanto en exposición como en contenidos. Absolutamente recomendable

Por jlchulilla | 7 Comentarios | Enlaza esta entrada
contacto@wintablet.info tema WinTablet.info por Ángel García (Hal9000)