Hay consumidores que no pueden evitar la obsolescencia. Eso, o algo muy raro pasa con los clientes de Lenovo, porque la empresa china que en su momento compró a IBM la división de PC ha aumentado sus ventas un 30%
Caramba. ¿No se suponía que los pecés eran camiones y que cada vez iban a estar en manos de menos usuarios? ¿El post-pecé no es algo tan inevitable como el rayo que no cesa?
Pues no. A otros fabricantes no les va tan bien, por diferentes motivos. Lenovo vende el 56% de sus equipos fuera de China, y ahí es donde las cosas se ponen interesantes: ha aumentado cerca de un 60% las ventas en varios mercados emergentes (relativamente hablando) como África, Hispanoamérica o Asia (descontando China).
La primera conclusión que saco de esto es que el post-pecé, descontando hypes, mentiras de márketing y campos de distorsión de la realidad, es un fenómeno de países y poblaciones ricas. Que dan al PC tan por supuesto que las «alternativas» les convencen, entre otras cosas, porque son novedosas y trendy. Pero en los mercados emergentes no hay muchos recursos para todo el papanatismo que nos invade, y los PC siguen siendo una aspiración fundamental para muchas personas. Concretamente, los PC de cierta calidad y que puedan ejecutar entornos o aplicaciones recientes.
Vender en mercados emergentes equipos con controles de calidad insuficiente tiene su precio: que lo barato sale caro, que los SAT no dan a basto con las averías, y que el nombre de la marca se asocia a problemas. Lenovo no es la única en jugar con los márgenes a base de afinar con los componentes en lugar de con el control de calidad. Y esta tendencia va a dispararse con Windows 8: tanto los requisitos del nuevo sistema, como los ejemplos que van a plantear tanto surface como otros equipos que ganen reconocimiento público van a tener como consecuencia que los PC de baja calidad van a acabar en el vertedero de la historia que por justicia les corresponde.
Se quejen o no del error que supone sacar al mercado la familia surface, tratando de matar al mensajero en vez de limpiar la propia casa.
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