CTitanic acaba de publicar un post en el que comenta una videoreview de RT bastante crítica con la inclusión del escritorio tradicional. A 46 días del lanzamiento de la versión de Windows para procesadores ARM, tengo que darle la vuelta y mostrar la botella medio llena, o llena entera.

La crítica de The Verge hacia la continuidad del escritorio tradicional en Windows RT es que no es manejable con el finger, deo o como lo queramos llamar. La obsesión por la touchicidad lleva a plantear sin rubor un problema que no es tal:

1. El escritorio clásico no te impedirá manejar el escritorio Metro, Modern o como se acabe llamando. Basta con no abrirlo si realmente molesta, si contamina la pureza de Metro o si se tiene alguna otra objeción igual de creativa. Esto es, el escritorio clásico no se plantea bajo una condición XOR, sino OR.
2. Los equipos Win RT no van a ser todos tablets «puros». De hecho, parece que un buen número, si no la mayoría, van a ser modelos híbridos o transformer, con teclado de quita y pon. Esos modelos serán manejados tanto táctilmente como con teclado y ratón, y que yo sepa con teclado y ratón el escritorio de windows tradicional se maneja perfectamente. Incluso, aunque famosos blogueros como Enrique Dans no lo sepan, el escritorio windows tiene una serie de atajos de teclado que permiten realizar más rápidamente las tareas generales.
3. No sólo hay escritorio clásico, sino que se va a usar también la nueva versión del explorador de archivos tradicional. Dejando aparte el hecho de que aparecerá antes que después un explorador de archivos en versión metro… está el hecho más básico de que se pueden explorar archivos. Al contrario que en iOS, donde el usuario no dispone de un medio legal para recorrer la estructura de archivos, el mantenimiento del explorador y de la estructura de archivos sólo me lleva a repetir el título del post: Gracias, Microsoft, por no capar RT
4. Aunque la única forma inicial de instalar aplicaciones será desde la tienda de aplicaciones, ésta va a ser más amplia que la AppStore en el sentido de posibilidades. En primer lugar, no va a ser incompatible con GPL o las demás licencias libres, con lo que espero que se porten las aplicaciones libres más populares a Windows RT en nuevas versiones metro. En segundo lugar, se olvida una y otra vez que el cliente de Apple es el consumidor final, mientras que el cliente principal de Microsoft sigue siendo el corporativo. Las organizaciones van a tener sus propios sistemas para instalar sus propias aplicaciones, y la inclusión del escritorio clásico abre las puertas, o al menos no las cierra, para que las organizaciones puedan seguir instalando aplicaciones propias que lo aprovechen.

Donde el autor de The Verge, víctima sin duda de la moda tecnológica, ve problemas, yo veo elecciones. O mejor, respeto: en vez de «esto es lo que te conviene», con windows RT se nos ofrecen más posibilidades, que podremos usar o no según decidamos.