Para gustos, colores. Esa debería ser la premisa de los usuarios de PC con Windows. Nadie tiene razón, porque todos tenemos nuestras razones. Por eso, el entusiasmo que va a empapar mi review puede ser compartido… o no. Juzgad vosotros mismos

No me quiero detener demasiado en la estética, más que nada como reacción a los expertos de medio pelo que, sin historial ni criterio técnico, tienen que extenderse en subjetividades sobre la estética y estupideces sobre lo malo que es el plástico. Como decían en Airbag, la culpa es de Internet, que permite que consumidores sin criterio se pongan a escribir sobre lo que no entienden ni aprecian realmente. A lo que voy – dejando aparte materiales (que sólo los considero por su capacidad), lo que sí que entiendo interesante del lenguaje de diseño asociado a thinkpad es su raíz en las cajas bento japonesas. En este artículo de TheVerge podéis ampliar más la cuestión, así como en esta celebración de su vigésimo aniversario, y reflexiones adicionales sobre los bentos. Os dejo esas fuentes para ampliar información porque, aunque el tema es interesantísimo, lo que yo pretendo es hablar del contenido, del cacharro en sí.

Y menuda máquina. Hasta core i7, pantalla de 11.6 pulgadas IPS full HD, 10 horas de autonomía conectado al dock, lápiz wacom, 907 gramos la parte tablet y 1,7 Kg con dock (algo bueno para minimizar las caídas hacia adelante), hasta 256Gb de disco SSD y hasta 8Gb de memoria.

Todavía no ha llegado a España. Cuando lo haga, se pondrá cerca de los 2.500 eypos con todos los specs al máximo. Doloroso, claro, pero el equipo tiene una vocación profesional en movilidad y sin más compromisos que asumir semejante palo al bolsillo personal o corporativo.

Conocidas las especificaciones, podemos pasar a la solución. El equipo básico es semejante a un surface pro, ligeramente más grande pero del mismo peso. Con el dock se puede usar como un portátil convencional, como habéis visto en la imagen de arriba, o en un modo presentación que cada día gana más adeptos, como vamos a ver a continuación

Si hablamos de gama alta de lenovo es como hablar del resto de los OEM Tier 1 (Apple incluido): bajas probabilidades de encontrarnos chascos importantes o fallas ultrajantes antes del final de una larga vida útil. Cuando me preguntan por recomendaciones para adquirir equipos, aconsejo valorar la inversión en un equipo premium, o si no hay posibilidades económicas, acudir a un outlet de calidad donde te ofrezcan la versión del año anterior de dichos equipos premium.

Sea como fuere, la solución que nos ofrece Lenovo con el Helix encajaría como un guante a mis necesidades en movilidad. Echo mucho de menos el lápiz de mis anteriores tablet, la autonomía no es negociable (ahora mismo cargo con dos baterías de gran formato para mi HP envy 13 y estoy cansado de eso), y la máquina tiene capacidad de sobra para todas las operaciones que puedo necesitar desarrollar en movilidad. Por otra parte, es volver a los límites de precio de los antiguos tablet PC, pero en este caso los specs son tan sobresalientes que me parecen una opción justificable si lo necesitas, no como los tablet de 2004 que costaban el doble que un portátil convencional con mismos specs (aunque sin matriz wacom).

Puedo trabajar estupendamente sin lápiz ni tacto. Mi Envy 13 no tiene nada de eso, y mi trabajo sale adelante. Pero podría trabajar mejor con un equipo como el que vemos, y agradecería la descarga de peso. Es más, para los que pasan muchas horas en salas de reuniones, un equipo de estas características, con lápiz y OneNote o EverNote, sería una ventaja decisiva comparado tanto con el cuaderno de papel (que o digitalizas o es papel muerto), con portátiles normales (llevo mal que la gente se pase la reunión mirando una pantalla y tecleando), o con tablets sin lápiz, que obligan a perder la dignidad mientras se toma nota con dos dedos en una pantalla virtual.

Para finalizar: señores de lenovo, hace mucho que emplear Hollywood OS (en este caso, aplicaciones de rastreo tan vistosas como inexistentes) no ayuda a vender. Transmite la sensación de artificialidad, de vapor, de publicistas que no tienen criterio técnico alguno. La máquina es tan, tan buena que se puede comunicar y vender mejor con casos reales