Win32 no se va a ir a corto plazo. Para algunos un atraso, para otros un patrimonio (ya sabéis de qué pie cojeo). ¿Qué ocurre con las pantallas táctiles y win32?

Porque lo cierto es que metro y las pantallas táctiles se llevan muy bien. El uno está pensado para las otras, aunque también se pueda manejar sin problemas con teclado y ratón.

Pero win32 es otra bestia completamente diferente. Desde los tiempos de tablet PC y luego UMPC, nos dimos cuenta de que sin un palito no era nada sencillo acertar a los iconos y controles de pantalla, más cuanto más pequeños fueran los controles (por tamaño y/o resolución de pantalla). Los tablet PC llevaban los maravillosos lápices wacom, entre otras cosas, por necesidad: para no tener problemas a la hora de usar las aplicaciones que en aquel momento no eran Legacy.

Hoy tenemos PCs híbridos de distintas formas, incluyendo los slates y los convertibles de toda la vida de Dios. El problema que nos presenta esto es que, sin un ratón, win32 es bastante infernal. Y aún con ratón, cuando alcanzamos cantidades ridículas de PPI (o puntos por centímetro, que vale ya de medidas medievales), win32 no se hace cómodo.

De aquí sale lo evidente, o lo que debería ser evidente: win32 exige un palito. Ya puestos, un lápiz wacom o de rendimiento equivalente. Sin el palito, la experiencia se resiente.

Los tablet PC nunca fueron bien entendidos ni comunicados. No es sólo escribir con tu letra en la pantalla. Es poder emplear win32 sin cortapisas. Y eso, con los nuevos modelos de 8 pulgadas que reinventan a los UMPC, se olvida en algunos casos. O mucho me equivoco, o los dueños de tablets Atom (con win 32), y que no tengan palito lo van a lamentar.

El palito, señores, el palito. El lápiz. Que lleva mucho tiempo inventado, y funcionaba de lujo