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Nov 2014
AnálisisHardwareSurface Pro 3

Surface Pro 3: despedida… temporal

Yo no os mentiría: si os digo que se ha puesto en cabeza en mi lista de próximos equipos, es porque es lo es. Éste, o su sucesor, ya veremos.

Narices, me ha pasado lo mismo que a Mahjong. Equipazo. Cómo fastidia dejarlo marchar. No pocas de las preconcepciones que tenía respecto a la pata de cabra y el lápiz se han demostrado erróneas: la pata de cabra es compatible con los gordos, y el lápiz es de primera división

¿Qué no todo funciona siempre? Pues vale. Estoy hecho a ello. Luego te pones a desinstalar en OSX y me cuentas el festival del humor, o a hacerlo compatible con tal o cual dispositivo, o cuando casca. Porque casca. A ver, es un magnífico SO y tiene ventajas importantes (entre ellas no está la de invulnerabilidad mágica al malware, por cierto), pero a veces me agota un poco eso de que en Windows las cosas no funcionan

Otra cosa es metro. Todo sea porque me pilla viejuno, pero excepto el sorprendente lector de noticias, el tiempo, por supuesto OneNote Metro con el SP3 y alguna cuseta más, por lo general le doy poca cancha. Me pasa lo mismo que con OSX: si lo que tengo en Win32 me funciona y estoy contento, a santo de qué tengo que buscar un sustituto para hacer lo mismo. En Linux, al menos tengo la razón del ahorro de memoria, pero en OSX o Metro ni eso.

Por suerte, con Win10 recuperaremos la preponderancia de Win32, y quien sabe si por fin empezarán a sacar aplicaciones que le saquen verdadero partido a metro. Pero, carajo, si en 2014 sigue sin haber un Office para metro, como sí lo hay para iOS y Android, tampoco es que lo espere de pie.

Me da igual. Insisto: Win32 me vale. Cubre todo lo que necesito, y en las rarísimas ocasiones que necesito un plus importante de seguridad, la única opción viable es… la que es. Tú lo sabes, o deberías saberlo, o deberías detenerte a pensar qué es el malware, cómo entra y qué hace.

Porque la verdad es que he usado este equipo en la inmensa mayor parte del tiempo con win32, y lo habría usado aún más si no fuera por lo cómodo y conveniente que me ha resultado OneNote Metro. Como posteé respecto a mis nenes, mi hija mayor entendió ella sola el funcionamiento de los menús de OM en menos de cinco segundos. Es sorprendente, y reconozco que no lo había valorado en lo que vale.

La mayor parte del tiempo lo he usado para motivos laborales con Chrome. Preferencias personales, la verdad. Con Chrome tengo un workflow muy adaptado a mis hábitos, que se replica en cada máquina que empleo. Tengo las extensiones de Pocket y evernote, un editor de texto plano, etc. Tengo Google Apps empresa, que me resulta indispensable tanto por relaciones con clientes como por sus medios de colaboración. Y Google Apps, guste o no, funciona bien sólo en Chrome, y casi bien en Firefox. En IE, imagino que por cosas de Google, no furula del todo.

Por cierto, inciso: lo que joroba un poco la experiencia de OneNote metro es el maldito corrector ortográfico. Qué brasa y qué rígido.

En realidad, he tenido que usar el Surface 3 en no poca medida como un chromebook con esteroides. Si fuera mío, le habría añadido mis licencias de office, de mi software de análisis, de edición de video, y sobre todo lo habría emparejado con dropbox, del que tengo cuenta de empresa. Pero obviamente no merecía la pena para los días que lo iba a tener. Si fuera así, habría sido mucho más que un chromebook.

Pero bueno, esto también demuestra las ventajas de la elección. Chrome es ya un meta-sistema operativo, porque te permite replicar la experiencia con independencia del SO de escritorio que uses. Y aunque haya quien cobre por escribir que eso no es un SO y tal y pascual, lo cierto es que la experiencia offline ya es madura y muy eficaz.

Esta máquina habría sido la máquina única en movilidad, seguro. No sé si la máquina principal de trabajo, tanto por no quemarla como porque mi fiel caja de 16GB RAM hace lo que necesito. Pero en movilidad es evidente que llevaría esto y un móvil, y podría hacer absolutamente todo lo que hago en mi trabajo y mi ocio. Esto me llevaría a comprar el modelo de 8Gb para tener el bare minimum que necesito para máquinas virtuales y para que Chrome, ese zampamemoria, vaya como debe. Pero le habría instalado el motor látex al que me he mudado recientemente (MikTeX no ha envejecido bien y tiene un Bug a partir de la v. 2.9. al que me he cansado de echar horas) y todo lo que acabo usando a lo largo de mi jornada, mitad productos privativos con su licencia correspondiente, mitad productos libres en win32 que me solucionan cuestiones esenciales. Obviamente, lo primero sería VIM, que seguro que quedaría fetén en esta pantallaca.

Por cierto, por las prisas no he averiguado cómo se regula automáticamente la luminosidad de la pantallaca.

Por cierto, lo que no me ha sorprendido es el rendimiento de la pantallaca 3:2. Para leer no es gozosa: es lo siguiente. Y evitar el maldito 16:9 al que parece que estamos condenados es otro acierto que no entiendo por qué no imitan otros fabricantes. De verdad, ver pelis está bien, pero para trabajar es mejor algo menos estrecho. Para empezar, DinA4 no es 16:9, y con esto no debería hacer falta decir nada más. Aunque ya habría trascendido y alcanzado el olimpo retroiluminado si, en vez de brillo, hubiera tenido el acabado mate que tan bien se lee al sol y permite evitar los reflejos en mucha mayor medida. No obtengo ningún placer al observar mi reflejo en la pantalla mientras trabajo.

Tengo que volver a mi fetiche antes de acabar. El teclado.

ENHORABUENA, INGENIEROS DE MICROSOFT.

Casi es lo que más voy a echar en falta. Tanto como el lápiz, o incluso más. Es una cuestión de gustos personales, pero conmigo dan en el clavo. Lo puedo aporrear, y suena satisfactoriamente mientras hundo las teclas los 2mm preceptivos. La recuperación es adecuada, y el tamaño tremendo de las teclas provoca que mi índice de errores sea el mejor del que soy capaz, que no está mal. El tacto y recorrido está muy por delante de casi todo lo que se vende ahora, incluido la totalidad de productos Apple y probablemente a la par con los teclados thinkpad modernos. Con los clásicos no, claro.

No puedo criticarle nada en serio. Encima de las piernas va perfecto, sin la flexión que esperaba y a la que me acostumbré con el viejo Surface original. En una mesa… va también perfecto. La iluminación no me puede importar menos, porque nunca escribo a oscuras, pero entiendo que hay quien lo valora.

Mi socia lo ha estado probando. Yo tengo una mano llena de dedos, y ella manos de pianista. Da igual. Ambos tenemos que escribir mucho al día, y para ambos la experiencia ha sido más que satisfactoria. De alguna manera, estas teclas enormes sirven a todos los tamaños de dedo, mientras el usuario haga touch typing o, como dicen en mi barrio, escriba sin mirar.

La verdad, Microsoft tendría que comunicarlo más. Debería probarlo más gente, lo mismo que el lápiz. Porque, ya lo he dicho, el lápiz es el mejor que he probado, y he probado unos cuantos. Como quiera que nTrig no da el mismo resultado en otros equipos, deduzco que es cosa del equipo. Si le tuviera que poner una peguita, diría que la letra es menos mía que con wacom. Nadie más que yo lo puede ver, y no es descartable que sea una manía. Pero es una pega que no desmerece la fluidez y suavidad en el trazado.

De hecho, casi no he tenido tiempo para probarlo con freshpaint, que por cierto es un software sorprendente. Una vez más, no me esperaba la fluidez y exactitud que da, imprescindible para que la mona que pintes sea comparable a la que puedes pintar con medios analógicos.

Vicente decía que cuando saca su thinkpad X230T con lápiz a pasear, otros profesionales de alto stánding le miran sorprendidos e interesados mientras tratan de adaptar el iPad a las reuniones. Esto lo sabemos los que usamos Tablet PC desde hace años, y el problema central es que nadie tomó el testigo de evangelizador que hacía Gates de los Tablet PC. Con la ligereza y pantallaca del Surface 3, diría que es el formato definitivo para el viejo concepto, el que lo vindica completamente y el que Microsoft debería esforzarse por comunicar, tanto el suyo como el de los socios. Mientras, los profesionales tienden a usar antes un iPad para reuniones y tomas de notas por el pobre motivo de no conocer otra cosa. Y no es culpa suya: no tienen pasión ni tiempo por los computadores, así que sería cosa de los del ramo dárselo a conocer. En vez de gili-anuncios del siglo XX, habría que recurrir de una vez a anuncios de la vida real, con un cuarentón o cuarentona, fondón o fondona, en una sala de reuniones y de vuelta a su despacho.

Diría que Windows 10, con su renacer de Win32, va a poner definitivamente en su sitio a esta categoría. Estaría bien, o más que bien, que hubiera más variedad de precios. Que se sacrificara CPU o resolución de pantalla para bajar precios, a cambio del impuesto de usar plástico en vez de metal que sólo duele al que es incapaz de leer unas especificaciones. Pero de momento sigue habiendo un espacio por ocupar entre el precio premium de este equipo y los Tablet PC entry level, que además con lápiz son cada vez menos y no más.

Sea como fuere, me fastidia devolver el equipo. Ya se podían estirar y transformar el préstamo en indefinido. Probablemente, el próximo equipo de mi socia sea éste, su sucesor o uno de los pocos que sea equivalente (con lápiz, para empezar). Es más que posible que acabe siendo también mi próximo portátil, incluso a expensas de retrasar la compra de un workhorse como $Deity quiere y manda. Ahora mismo, mi portátil principal es un thinkpad w500, con una irrepetible pantalla 16:10 1920×1200. Para mi próximo equipo, una pantalla 3:2 tendrá un gigantesco bonus a su favor, porque las echaba de menos y se disfrutan en momentos importantes.

O sea, que hasta luego, surface :)

Por jlchulilla | 19 Comentarios | Enlaza esta entrada
contacto@wintablet.info tema WinTablet.info por Ángel García (Hal9000)