ADVERTENCIA: En esta nota uso lenguaje que incluso alguna vez he recomendado no usar a otros editores. Simplemente puedes dejar de leer si te sientes ofendido, pero mi cabreo con este tema hace que me cueste no usar todo el diccionario castellano en su bonita extensión.

Inadaptado social:

1. adj. Dicho de una persona: Que tiene impedida o entorpecida alguna de las actividades sociales consideradas normales tales como la capacidad de relacionarse con otras personas sin resultar ofensivo o faltar al decoro, ya sea por alteración de sus funciones intelectuales, falta de educación reglada o de una insuficiente socialización en su etapa infantil.

2. adj. Ver Technical Evangelist con síndrome de Don Quijote y nulas habilidades sociales.

Les cuento…

Estaba yo un día trasteando en la tienda de Microsoft buscando si existía un cliente oficial de Slack para MUI (Metro) y me encontré con una aplicación llamada Slack y que usaba el icono de la aplicación de Android. Parecía oficial. La hubiese instalado si no hubiese sido porque costaba 5€.

Me extrañó. El cliente oficial en todas las plataformas, incluida la de Win32, son gratuitas. Así que miré con detenimiento las imágenes y descripción de la aplicación y «oh sorpresa» era otra aplicación falsa o cebo de las cientos o miles que pululan en la tienda de aplicaciones de Microsoft. La aplicación, resumiendo mucho, no servía para nada y por supuesto no era un cliente MUI (Metro) de Slack.

Vamos, como once de las doce aplicaciones que aparecen al buscar la palabra «photoshop» en la tienda de Microsoft:

Podría haber pasado del tema. Cierto. Pero no, decidí usar el formulario que proveen en la aplicación de la tienda para denunciar usos fraudulentos.

Como Dios me dió a entender conseguí rellenar los campos e informaciones que pedían, en inglés, para enviar mi queja. Supuse que no harían nada y punto. Pero… recibí un email.

En el email me acusaban de ser un perjuro y de que se podrían emprender acciones legales contra mí puesto que estaba denunciando sin ser yo poseedor de la marca «Slack».

Yo no lo soy, solo soy el puto imbécil que se le ocurrió que quizás Microsoft estuviera interesada en que no roben 5€ a los usuarios desde su tienda.

Este el el email que me enviaron:

Primer párrafo, la amenaza:

«Please note that per Section 512 of the Digital Millennium Copyright Act (DMCA), only copyright owners or their authorized agents can submit takedown notices.»

Segundo párrafo, el insulto:

«Please note that by submitting these notices, you have attested under penalty of perjury that you are authorized legal counsel on behalf of these companies.»

Ni que decir tiene que esta nota me enfadó bastante. De entrada me amenazan con acciones legales porque no tengo los derechos sobre la marca Slack. (¿Quién ha dicho que los tenía en cualquier caso?). Y de postre me tratan de perjuro.

No se que clase de persona es usted amigo lector, pero yo soy de la clase de los que piensan que hemos tenido una involución como especie desde los tiempos poco civilizados en los que si alguien te llamaba perjuro (o mentiroso como veremos luego) le cruzabas la cara con un guante y a renglón seguido le metías dos palmos de acero de parte a parte. Afortunadamente, para algunos, ahora podemos insultar tranquilamente desde la comodidad de las redes sociales y si te ofendes… es que eres un troll.

En fin, el caso es que la respuesta que envié fue esta:

Básicamente les digo que me da verguenza que en vez de investigar la denuncia todo lo que hacen es amenazarme a mí con acciones legales. Y les digo, y he cumplido, que no volveré a intentar ayudar a ese respecto jamás.

Esto fue a finales de mayo. Sinceramente tenía olvidado el tema. Se que grabé un capítulo de mi podcast contándolo y poco más.

Pues bien… vamos con los inadaptados sociales y los evangelistas de esta historia.

De resultas, que un usuario de la tienda detecta otra aplicación falsa en la tienda de Microsoft y se pregunta en Twitter como denunciarlo. Y de resultas que un seguidor de mi cuenta de Twitter le dice que cuidado como lo hace porque yo tuve problemas.

Bueno. Hasta ahí todo normal. La magia de las redes sociales.

Pero mira tu por donde tuvo que llegar un inadaptado social en su caballo blanco a desfacer entuertos cual Don Quijote orate de la Mancha.

El inadaptado social preguntó «qué problema tuvo?» y añade «porque cualquiera puede denunciar y se inicia un arbitrio». ERROR… por no decir FALSO, puesto que, y como se lo indiqué al inadaptado social por Twitter, el formulario de denuncia solo puede ser rellenado por el dueño de la marca o su representante legal. Además añadí que yo, al no serlo, solo conseguí que me amenazasen.

En la respuesta ya comienza a demostrar su discapacidad social, pues en vez de indicar que puede ayudarme y que le mande el correo que recibí me dice y cito «desde Microsoft te amenazaron? Puedes compartir el correo que te mandaron conmigo?».

Analicemos. Tenemos a un inadaptado social, que no se identifica para básicamente entender que utilidad puede que tenga que yo le reenvíe un correo personal. El mismo inadaptado social tiene encima las pelotas de dudar que desde Microsoft me amenazasen antes incluso de conocer el caso. No se como lo llamarán ustedes, pero eso a mí me da que están poniendo en cuestión sin argumento alguno una afirmación mía, ¿vulgo? me está llamando mentiroso.

En este disfuncional mundo en el que me toca vivir, generalmente, sale gratis ser un inadaptado social. El problema es que en este disfuncional mundo que me toca vivir, se supone que, hemos de aguantar la mala redacción y la estupidez supina porque no se pueden guardar las (antiguas) formas en 144 caracteres ni por «culpa» de la velocidad e inmediatez de los nuevos métodos de comunicación.

Pues mira, no. Las formas, evitar ofender y respetar a la gente son cosas que se pueden hacer con 144 caracteres y/o comunicando deprisa, eso sí, solo si no eres un puto inadaptado social maleducado endiosado y faltón.

Después de ese mensaje hice varias cosas.

Primero buscar quien era mi interlocutor, me refiero a «quien» no a «que», porque el «que» lo tenía claro hace tiempo, un inadaptado social más subproducto de nuestra podrida época tecnológica.

¡Oh sorpresa! El inadaptado social es «Technical Evangelist» de Microsoft. A ver, no nos sorprendamos, inadaptados sociales podemos encontrarlos en cualquier sitio, incluido en empresas del prestigio de Microsoft. De hecho en toda esta historia ni siquiera se si este personaje hablaba ex catedra y sus opiniones son las de Microsoft o es tipo es un «lone ranger» mentiéndose en un charco el solito.

El tipo tiene cierta relevancia, hablan de él en redes sociales, tiene su blog, le entrevistan en blogs famosos… vamos que debería estar ya un poquito más socializado, pero no, es un torpe social (por no repetir tantas veces lo de inadaptado).

Segundo que hice fue mandarle los correos. Tanto el de Microsoft como el mío de respuesta.

Tercero que hice fue recriminarle por, sin haber investigado, cuestionar y poner en duda mi afirmación de que había sido amenazado.

Esto último parece que le sentó mal. Suele pasar. El inadaptado social actual tiene la inveterada costumbre de tirar la piedra y luego esconder la mano. Eso en los tiempos menos civilizados donde se me formó el carácter lo achacábamos a la falta de «hombría». En esta sociedad más conectada y civilizada que me toca sufrir ya ni siquiera se le puede echar en cara a alguien su falta de «hombría» a riesgo de ser tachado hasta de homófobo.

El caso es que lo que siguió fue una enganchada del 14 entre el inadaptado social y yo… con intervenciones de otros… básicamente por un motivo, no se disculpó. A ver, no nos engañemos, no soy católico, no creo en la estupidez de que las ofensas se borran con el arrepentimiento. A ese respecto pienso que simplemente piensa antes de ofender y punto. Pero que coño, como no soy un inadaptado social y vivo en un país con un poso católico tiendo a aceptar las disculpas. Pero claro… es que hay que disculparse, cosa que el inadaptado social este ni siquiera hizo. Vamos el «sostenella y no enmendalla» del siempre prolífico romancero español.

¿Me pasé en las respuestas? Pues sí, seguro, pero es que volvemos a mi concepto del honor. Sí me tratas de perjuro y luego de mentiroso pues tiendo a sobrerreaccionar. Bueno, sobrerreaccionar desde el punto de vista de esta muy civilizada época que vivimos. En tiempos de la barbarie contestarle alguna lindeza al ofensor se quedaba corto, lo normal era partirle la cara y causarle un envenenamiento instantáneo por metales pesados (ya sea plomo o acero) al inadaptado social de turno. Ay… costumbres perdidas en las primeras décadas del siglo que me vió nacer.

Y el caso es que le envié señales de que el tema me tocaba muchos los huevos y debía de dejar de hacerlo. Como buen inadaptado social no entendió las finas señales que se podían leer entre líneas y hube de ponerselo clarito diciendo literalmente: «DEJAD DE TOCARME LOS HUEVOS». Aún así no lo entendió el chaval y siguió insistiendo… con lo cual el tema fue a más antes de aburrirse.

En fin… resumiendo. El inadaptado social pretendía quedar de víctima del feo troll de debajo del puente. ¡Él atacado! ¡Oh cielos! ¡El ilustre prócer evangelista de la marca violentado por el junta-teclas sin clase ni conocimiento!

Bueno ya lo dijo el Almirante Casto Méndez Núñez: «Más vale honra sin barcos, que barcos sin honra». Y es que uno aprendió el antiguo concepto de la honra en el mismo lugar que el citado almirante. Así que ahora además de perjuro y mentiroso, soy un troll. Pero a mi me enseñaron que de las pocas cosas que tenemos los pobres es el honor y la palabra, y que debíamos defender el primero y no regalar el segundo. Ya os digo que es que tuve una formación poco útil para los tiempos que luego me han tocado vivir.

Pero bueno, no está mal para un fin de semana, tres insultos y cero duelos; en serio que echo de menos esa incivilizada forma de terminar con los inadaptados sociales.

En realidad yo gestiono bastante mejor a los troll (a los de verdad, no a los imaginarios de mi inadaptado social) cuando trato con ellos en este y otros blogs y en el canal de Youtube donde he tenido varios. Algún día creo que conté como hay que tratarlos, no recuerdo donde, pero si alguien quiere la receta que la pida. Es fácil… bueno… excepto si eres un inadaptado social y evangelista para más señas.

En caso es que eso me hizo reflexionar en la palabra «evangelista».

Todos conocemos la palabra «evangelista» y lo que significaba antes. Ya sabéis, Juan, Mateo, Lucas y Marcos. Algún evangelista más hubo, pero esos cuatro son los canónicos, esto es, los aceptados por la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana.

Pero la palabra «evangelista ha cambiado de significado, como tantas cosas, en esta sociedad civilizada. Antiguamente el significado de la palabra era este que se ve en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua:

Reconozco que desconocía la tercera acepción de allende los mares, pero tiene cierta gracia pues se me antoja incompatible con ser un inadaptado social en la actualidad donde el «evangelista» tiene que dominar la comunicación escrita.

¿Qué se entiende pues por un «Evangelista» hoy en día?

Básicamente es alguien, generalmente contratado por una marca, que se dedica a hacer labor pastoral de un producto. A explicarlo. A intentar que lo adoptes. A mostrarte sus beneficios. Vamos a lo mismo que se dedicaban los evangelistas bíblicos pero relacionado con la tecnología.

Un evangelista debe ser un buen comunicador. Eso es lo primero.

Un evangelista ha de estar constantemente aprendiendo, no solo de la marca, sino también del uso que hacen los usuarios de ella.

Un evangelista ha de ser un apasionado de lo que comunica.

Un evangelista ha de ser humilde puesto que solo nos ayuda a interpretar la tecnología, a entenderla, a hacernos ver como usarla, no a imponerla. No es un ser prepotente de «yo se algo que tu no sabes». Un ser prepotente de «¡chaval yo soy evangelista!».

Así que claro, con esa definición de evangelista un inadaptado social como el de la historia de este fin de semana creo que hacemos un pan como unas tortas. Vamos que el chavalote no vale para evangelista pues ni comunica, ni es apasionado en lo que comunica, es prepotente en todas las formas de la expresión y en definitiva es un ser tremendamente disfuncional para lo que se le pide.

Y así le va a Microsoft. No todos los evangelistas de esa marca son tan disfuncionales socialmente. Incluso hay alguno bueno. Bueno Microsoft Ibérica tiene detrás una historia de caciquismo y endogamia que no tiene parangón entre otras afiliadas de otros países. Esto incluye el programa MVP que en este país se otorga por filias y fobias más que por la necesaria meritocracia o el conocimiento.

Fíjense hasta que punto lo tiene asumido este tipo. Cuando le increpé diciendo que el problema de Microsoft es el como comunica y la «evangelización» que no hace, y que eso fomenta que tengamos que existir blogs como nosotros (para hacerles el trabajo gratis) me replicó que»mi trabajo no consiste en reemplazar medios de opinión e información».

No campeón, no consiste en eso. Pero si consiste en ir a los medios y usarlos para eso que tu disfunción (no la eréctil, no, la otra, la social) te impide hacer… COMUNICAR y EVANGELIZAR.

La excusa siempre es la misma. No nos dejan. No nos dan medios. No podemos. Una MIERDA. Conozco gente en Microsoft que sí es apasionada y sí se dedica a comunicar. Pero claro para eso has de ser un apasionado de algo, como lo somos en este y otros blogs, te tiras hasta las 2 de la mañana grabando en directo, con familia hospitalizada, sin ganas por problemas domésticos, o enfermo… que de todo eso hemos tenido aquí. ESO ES PASION. ESO ES EVANGELIZAR.

Lo tuyo, inadaptado social, es lo que no es evangelizar.

Tranquilos Technical Evangelist ya os hacemos nosotros el trabajo, sin cobrar, sin reconocimiento y sin que nos prestéis la más mínima ayuda. Vosotros seguid hundiendo la marca en España, que para eso os la pintáis solitos.

Disclaimer (que dicen los anglos)

Como ya hemos dicho en innumerables ocasiones Wintablet no censura lo que publica cada editor, el cual es el único responsable de lo que aquí escribe.

¿Por qué digo esto? Hombre, básicamente porque una característica de estos parásitos disfuncionales sociales es que cuando se les critica con algo más de ingenio del que se gastan ellos corren a los juzgados a poner querellas.

Amigo inadaptado social, el único responsable de este texto soy yo, Francisco Javier Fernández Tejedor, así que si en tu estupidez decides demandar contra mi libertad de expresión, hazlo a mí y deja en paz al medio.

Sinceramente pensé en poner tus datos, pero la verdad, ¿sabes por que no los he puesto? Porque no eres culpable en realidad de ser un puto inadaptado social. Eres fruto de tu época, tu «educación», de tu soberbia intelectual y en realidad los que sufren de tu incompetencia es la propia Microsoft. Así que el pecado de no formarte como comunicador lo paga quien te eligió.

Pues nada… vayan todos con Dios… y sus evangelistas.

P.D.: Por cierto, un troll no dedica tres horas a escribir un artículo de más de 2500 palabras para llamarte inadaptado social 29 veces (sí, las he contado).