Seré breve
En todo momento, lo que se le está pidiendo a Apple es que desencripte un teléfono usado por un terrorista. Se le está pidiendo por medio de una orden judicial.
Los derechos en las democracias son como deben ser: limitados. Tienes derecho a la privacidad de las comunicaciones, a menos que la policía convenza al juez de que hay que privarte de ese derecho en el transcurso de una investigación. Tienes derecho a usar la vía pública con tu vehículo privado, pero los límites de velocidad están para limitar las posibilidades de que dañes a un tercero con tu vehículo. Etc. ad nauseam.
Por una parte, y como dice Frank, es evidente que la campaña de Apple es de márketing: tiene bolsillos para lucharle en los tribunales al gobierno una orden que sabe que tendrá que cumplir, pero mientras tanto convence a usuarios actuales y potenciales de que la privacidad es lo que más, más y más les preocupa. Da exactamente igual que la realidad sea otra. Da igual que no se pida una apertura de todos los teléfonos, sino sólo de aquellos bajo un mandato judicial.
Esto es Reality Distortion Field como en los mejores momentos de «San» Jobs. Y mission accomplished: media tecnosfera, mi menda incluido, hablando de la tonterida.
¿Sabéis a lo que me recuerda también?
A esto
Al coche de Jobs aparcado en un sitio reservado para personas con discapacidad. Y sin matrícula.
El gurú-santo-mito de la compañía también destacaba por presumir de no cumplir con las reglas. Las reglas no iban con él.
Francamente, es lo mismo. Una basura
Edito: Bill Gates se ha pronunciado muy claramente respecto a este «problema»
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