Recientemente aprovechando una falla eléctrica en el trabajo que nos dejo «en la calle» a mitad de la jornada decidí visitar un parque cercano a la casa adonde acudo a fotografiar la naturaleza. El parque tiene un trillo asfaltado de casi kilómetro y medio o dos kilómetros que es usado por corredores y naturalistas. Y los dos grupos conviven gracias a pobre presencia de ambos bandos. Resumiendo, más que un parque es un lugar para meditar.
Cual no sería mi sorpresa cuando a medio día de trabajo casi no encuentro donde aparcar el choche. ¿Quienes son toda esta gente?
Habia preciosas muchachas
Parejas…
Solteros…
Hasta parejas adultas que lo que deberían estar buscando es un cuarto…
Grupos de diversas profesiones como estos salvavidas en el medio de un bosque que no tiene ni un charco…
¿Quienes eran? Pues Pokémon Zombies. Una especie fácilmente distingible por su caminar sin dirección predeterminada con la vista fija en el monitor de su móvil.
He terminado tirándole fotos a esta especie singular en lugar de fotos de los bellos Blue Jays que nidan en ese bosque.
O fotos de las inmensas arañas bananas…
Pokémon Go ha logrado sacar de los sofa y poner a mover el esqueleto a una gran cantidad de individuos. Algo bueno, lo malo es la cantidad de accidentes ya reportados por no prestar atención al ambiente que los rodea, el uso de lugares no diseñados para tal actividad y por último, la falta de responsabilidad de quienes han caído en manos de ladrones que han usado el juego para atraer a sus victimas a lugares apartados y en horas de poca actividad para robarles sus pertenencias.
Por favo, si es Usted un Pokémon Zombie, sea responsable.
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