Antonio Machado nos dejó, nos regaló poesía y algo más. Sabiduría de las cosas. Una de sus máximas que más me siguen impresionando

Necio es el que confunde valor y precio

En este siglo distinto al suyo cobra todavía más valor e importancia, porque el consumismo desaforado hace del precio la medida de todas las cosas. Cuando vivimos la ilusión (a la que le quedan dos telediarios) de que todos somos clase media, se empuja a nuestras sociedades a la competencia perpetua por cualquier elemento de consumo, porque con un reloj, unos jeans o un ordenador le decimos a los que nos rodean cuánto nos hemos gastado en ellos.

Vamos a ver ejemplos de ordenadores

444 euros. Tenemos una pantalla de 15 pulgadas, un core i5 a 2.66, 4gb de RAM y 500gb de disco duro. No dicen la autonomía.

¿Qué podría hacer con el producto de esos 444 euros?

Pues básicamente todo lo que se puede hacer con un PC de nuestros días. Hablo de PC, no de servidor. Todo el software disponible iría fluido, salvo extremos como juegos de última generación. De cara al software de productividad, entiendo que sería perfectamente usable aún con productos que exigieran un esfuerzo intensivo de CPU o de la gráfica. Tardaría más en convertir video o en renderizar 3D, pero no creo que dejara en la estacada a un profesional. Claro que un profesional va a gastar más en un equipo mejor, pero a las malas podría currar con algo así.

No sé vosotros, pero yo diría que el valor de este equipo es muy elevado, inversamente proporcional a su precio (baratísimo en comparación con lo que se ofrecía hace 3 años, no digamos hace 6 ó 10). Ofrece a quien se gaste ese dinero un medio para hacer todo lo que le den sus conocimientos, para cubrir todas las necesidades que conozca y pueda con sus medios o los de su empresa, o para adquirir conocimientos si no los tiene.

Veamos ahora otro precio

¿Qué podemos hacer por 479 euros? Usar durante 10 horas un dispositivo que ofrece una interesante experiencia de usuario y que está orientado al consumo de contenidos. O sumamos más dinero, o sólo contamos con un teclado virtual, con lo que nos limita la creación de contenidos. El software de productividad disponible es muy limitado comparado con el software de productividad para PC, eso cuando existe.

Y ojo, que no estoy criticando al iPad. Es una descripción realista y fría: es un dispositivo centrado en un subconjunto de las tareas que se pueden llevar a cabo con un ordenador personal, y eso lo hace bien. Si criticara al iPad, hablaría de la AppleStore y la imposibilidad legal de instalar software de otras fuentes, o de la incapacidad para controlar un dispositivo que has comprado de forma completa. Pero vaya, esas críticas ya las ha recogido mejor Mahjong en su momento, y no son el objeto de este post. El valor de este tipo de productos es ante todo subjetivo: deriva de la experiencia, y de lo que implica para su dueño en términos de status cuando lo saca a pasear. Pero, se mire como se mire, su valor en términos de productividad es bajo.

Veamos un tercer precio:

1000 $, o eso se está diciendo.

Por ese dinero, tenemos un Core i5, 4Gb de memoria, un disco SSD de 64Gb y 7 horas de autonomía. Tenemos pantalla capacitiva y funciona con un lápiz con matriz wacom. Pesa 850 gr.

Evidentemente, el precio premium lo pagarían los early adopters, pero de triunfar Windows 8 en los tablet, seguro que el volumen de ventas podría hacer bajar el precio.

Ahora, ¿qué podemos hacer con este equipo?

Pues podemos hacer todo lo que podemos hacer con el HP Pavilion. Literalmente todo, incluso mejor dada la velocidad del disco SSD. Podemos hacer eso con un equipo mucho más ligero y transportable, que al llegar a un espacio de trabajo podemos conectar a su teclado o, mejor, conectarle a un teclado, ratón y monitor/es de PC y extender el área de trabajo todo lo que sea necesario.

Podemos hacer todo lo que podemos hacer bien con un tableto: consumir contenidos. El peso, la autonomía y el software acompañan. De hecho, el navegador será un navegador completo, no de móvil, con lo que reproducirá de forma nativa todas las páginas web. De hecho, cuando Windows 8 esté en la calle, la interfaz metro será plenamente aprovechable de forma táctil gracias a la pantalla capacitiva.

Y podemos hacer todo lo que se hace con un Tablet PC: pintar, escribir a mano, bosquejar. Todo lo que hacemos con un lápiz «analógico». En un equipo que no costará mantener levantado entre las manos.

De momento, un early adopter pagará ese precio premium. Lo que vale ese pavilion y un ipad juntos. De momento, no ha alcanzado el volumen de ventas como para que entre en acción la economía de escala, y pensaría en 2013 al menos para ver un efecto así. Early, temprano: si se quiere empezar con Windows 8 con un equipo así, hay que pagar ese precio. Lo mismo que pagan los dueños de un MacBook Air, por ejemplo.

Ahora bien, disponer de un único equipo que nos permita cubrir bien todas nuestras necesidades informáticas en un peso y tamaño contenidos, y que nos permita hacer (gracias al lápiz) lo que no podemos hacer con otros, diría que es un valor muy superior al de equipos más limitados: los tabletos tan nombrados hoy en día. Si el equipo es estación de trabajo, herramienta de creatividad o vehículo de los contenidos que quiero consumir, y todas esas tareas las hace bien sin renunciar a nada, estamos ante una innovación que termina de cumplir las promesas de los tablet PC, ante lo que verdaderamente puede sustituir a los PC actuales.

Sólo un alto directivo o un político pueden funcionar con un tableto, porque no necesitan el PC para su trabajo, sino el móvil, la mesa de cinco tenedores o… me callo :D. Pero el común de los trabajadores de cuello blanco sigue necesitando un PC, y si ese PC les aporta más y no renuncia a nada, diría que la cosa está bastante clara.

Por ejemplo, si un desarrollador está currando en su mesa con dos monitores y tiene una reunión, puede llevarse unos folios y un boli. O un iPad. O, dentro de muy poco, podrá desconectar del doc un tablet pc como el series 7 de samsung, plantarlo en la reunión y usar su lápiz para tomar notas, o para marcar aspectos interesantes de la presentación que le toque hacer. Y de vuelta a la mesa de trabajo, conecta de nuevo al dock y a seguir por donde iba.

No tengo bola de cristal infalible, pero diría que los próximos años van a ser más de los tablets de convergencia que de los post-pc. Eso, si Microsoft y los vendors hacen los deberes y aprenden de los errores del pasado, claro

Edito: corrijo, le había metido un peso 1000 veces inferior al real al bailar la k de kilo. Gracias, Exteban!