No sólo de OEMs de primer nivel vive el hombre. De hecho, uno de los grandes problemas de la blogosfera tecnológica (de la prensa generalista ni hablemos) es su obsesión por la marca. Por más que la marca conocida pueda ser garantía de calidad, no debería anteponerse a lo que se adecúan los componentes concretos para una necesidad. Y si tus necesidades son una CPU capaz, lápiz y baterías recambiables, el Kupa UltraNote es digno de tenerse en cuenta. Veámoslo

Se trata de un equipo premium, con un precio previsiblemente acorde (aunque no se pagará el % extra que supone la mera presencia de un logo frutal, por poner un ejemplo):

• Pantalla de 10.1 pulgadas, 1920×1200, IPS
• Panel táctil capacitivo, que detecta simultáneamente 10 puntos de presión
• Digitalizador activo con 1024 niveles de presión diferentes
• CPU: core i3/i5/i7, ivy bridge
• 4-8Gb de ram
• SSD de 64 ó 128 gb
• 2 puertos USB. Repitan conmigo: USB. Nada de puertos no estándar, como el «revolucionario» lighting
• HDMI
• wifi a/b/g/n/ac, bt 4.9, 3g/4g LTE, RFID, NFC
• Batería recambiable de 45Whr, 7 horas de autonomía
• cámara trasera de 5mp, delantera de 2mp
• 770 gramos

Premium, premium, vaya. 770 gramos y 6 horas (lo de 7 suena optimista) de autonomía no tienen por qué significar CPU liviana. En mi caso, junto a una memoria decente y ese disco SSD de 128 Gb, significaría una herramienta de campo con rendimiento máximo en dictado de voz. La configuración modular que podemos ver en el esquema implica la posibilidad de añadirle equipación industrial, como un scanner o un lector de tarjetas. Unido al peso, imagino que encenderá la imaginación de los que tienen que trabajar de pie.

Y hablando de trabajar de pie, yo escribo de pie mejor con un lápiz que con estos dedos que Dios me ha dado. Y de bocetar o esquematizar mejor ni hablar, vaya.

Este es el año de los híbridos, y parece que van a ser muy pocos los que no ofrezcan un accesorio de teclado. En este caso, añade además la interesante opción de una batería adicional, que deja a la máquina en las inmediaciones de una jornada completa de autonomía (12 horas teóricas)

No acabo de decidirme respecto al teclado. No es el chiclet que actualmente está de moda, y 10 pulgadas dan un poco de aprensión. Por otra parte, tengo un netbook Compaq C110 con esa misma configuración de teclado, y la ventaja que tiene es que ofrece un tamaño de tecla adecuado para mis fingercillos. Eso sí, si finalmente el Intro es del tamaño que muestra la ilustración, no va a ser lo más cómodo del mundo.

Se repite, y mejorada, la historia de los tablet PC. En lugar de tener un café para todos aceptable por hipnosis de marca, vamos a tener una amplia variedad de form-factors y precios para adaptarse a distintas posibilidades financieras y necesidades de trabajo.

Para el trabajo de campo, un equipo así me atrae poderosamente. El lápiz, por ejemplo, lleva 8 años prestándome un servicio magnífico en reuniones y sesiones de dinámicas de grupo o entrevistas personales. Pero si encima acompaña la CPU, le podría dictar los cuadernos de campo forzando el rendimiento de Dragon NaturallySpeaking. Eso, sin olvidar la posibilidad de hacer demos completas de video delante de cliente, o usar mi viejo y fiel software de análisis. Presumiblemente, en despacho lo usaría conectado a un monitor, y en campo lo llevaría con una batería de repuesto por si las moscas.

El problema de elegir, por otra parte, es que tienes que hacerlo. Decidirte entre 10 y 13 pulgadas. Justificar una inversión. Equipos como éste, al menos, no te hacen escoger entre autonomía y capacidad de CPU.