Cantaba Ricky Martin: «Un dos tres, un pasito pa’lante María, un dos tres un pasito pa’tras». Pues al igual que a la María de la canción a mi me ha pasado que dí un paso adelante instalando Windows Phone 8.1 Developers Preview y ahora dí un pasito atrás volviendo a Windows Phone 8. Les cuento mis conclusiones en esta entrada.

Historia

Yo tengo como teléfono personal un Nokia Lumia 1020 con su excelente cámara de 41 mpixels. Estoy enamorado de ese teléfono. Simplemente me encanta la cámara y en general el form-factor (aspecto, tamaño, etc) del mismo.

Pese a mi regla sacrosanta de nunca hacer jailbreak (en iOS) o root (en Android) opté por instalar la versión Windows Phone 8.1 Developers Preview pues quería tener antes que nadie el centro de notificaciones, cosa creía yo imprescindible de la que carecía Windows Phone 8. Ese fue el pasito adelante.

OK, lo hice y he podido usar las novedades de WP8.1 por más de un mes antes de que haya estado disponible. Pero me dí cuenta de que mi teléfono, ocasionalmente, perdía la conexión con la red de datos y lo achaqué a el carácter «beta» de la versión. Pero el cada vez le pasaba más.

Microsoft filtró la noticia (en concreto me llegó vía nuestro editor Rafael Ontivero) de que si tenías la Developer Preview no podrías actualizar directamente a la 8.1 final, sino que tendrías que hacer un downgrade a 8.0 y luego esperar a que te llegase la versión 8.1 final cuando estuviese disponible OTA.

Me puse con el procedimiento de downgrade propuesto por Nokia usando el Nokia Software Recovery Tool pero no funcionaba. La verdad es que empezaba a estar cansado de la 8.1 DP por el problema de perder la conexión de datos/teléfono, cosa que me pasaba cada vez más. Así que como no me funcionaba el proceso de downgrade fui a mi Nokia Care Center más cercano que en mi caso está en El Corte Inglés de Castellana en Madrid.

Llegué y tardaron exactamente 5 minutos en pasarlo a 8.0 y al estar en garantía (cosa que comprobaron con el IMEI, nada de facturas ni leches que estamos en el siglo XXI) no me cobraron nada. Ese fue el pasito para atrás.

Pero cual fue mi sorpresa cuando al salir del centro comercial vi que el equipo seguía sin tomar cobertura, o mejor dicho, la tomaba y la perdía. Me dije «WTF!!!???» y volví dentro al Nokia Care Center.

El personal estuvo muy atento (si, otro servicio técnico que funciona genial) y concluimos que las perdidas de señal no eran por la versión sino por un fallo de hardware del Lumia 1020, vamos, estaba roto. Lo probamos con otras tarjetas SIM de otros operadores y esa fue la conclusión, dado que ya estaba en 8.0.

Así que el teléfono quedó allí y yo salí con un teléfono Lumia 520 blanco de reposición. El Lumia 1020 lo repararán gratuitamente en unos 10 días, pero yo lo recogeré a mi vuelta de vacaciones. «Ningún problema» dijeron en el Nokia Care Center. Ese es el tipo de servicio técnico que me gusta, el de «ningún problema».

Así que ahora estoy con un teléfono Lumia 520 que yo mismo recomendé en un podcast, con Windows Phone 8.0 y habiendo probado un teléfono mejor y un sistema operativo posterior. Por lo que voy a contarles lo que supone el paso de 8.0 a 8.1 (y vuelta) con todo lujo de detalles, y el paso de un Lumia 1020 a un Lumia 520 lo que les hará valorar correctamente ambos equipos.

De 8.0 a 8.1 y vuelta

La clave es «y vuelta». Cuando hacemos un cambio de versión tendemos a quedarnos con lo bueno de la nueva y olvidar la antigua versión. Lo bueno en este caso es que he tenido que volver a 8.0 lo que me ha permitido ver claramente lo que realmente echo de menos de la 8.1 y reencontrarme con funciones de la 8.0 que perdí al pasar a 8.1 y que me parece mala idea que hayan quitado.

La primera sorpresa es que lo que más echo de menos, con diferencia, de la 8.1 no es el centro de notificaciones (que es del montón y muy básico) sino el teclado. Si, el teclado de la 8.1 permite escribir deslizando el dedo, y sin dudarlo era el mejor teclado y más rápido que yo había usado jamás. Es del estilo del famoso SwiftKey que se vende para Android. Pero de hecho funciona mejor.

Actualmente el record Guinness de tecleo rápido lo ostenta este teclado de la 8.1 en un Lumia 1520. Antes de eso lo ostentaba un Samsung Galaxy S5. El teclado es una delicia, aunque para cuando ya esté en la calle para el público en general habrá sido superado por el teclado de serie de Android L el cual he podido probar gracias a XDA-Developers en el Samsung Galaxy Core de mi empresa.

El teclado del Android L es mejor pues permite deslizar hacia la barra espaciadora para escribir otra palabra de modo que puedes escribir una frase completa deslizando el dedo sin parar, mientras que en el de WP8.1 después de cada palabra has de levantar el dedo para que se inserte una palabra. Pero si no has probado el del Android L el teclado de WP8.1 te parecerá el teclado de «Dios que he hecho toda mi vida sin esto».

¿No hecho de menos el centro de notificaciones que fue lo que me motivó a instalar el WP8.1 DP? Pues no. En realidad sí un poco, pero un poco nada más. OK es útil, pues no tienes que mirar las «tiles» para buscar si hubo nuevos mensajes o que aplicación hizo «PING» mientras estabas lejos del teléfono. Pero me he dado cuenta de que puedo vivir sin ello.

¿Alguna novedad adicional que eche de menos al volver a 8.0? Para gran dolor del corazón de Microsoft… NO. Así que para un uso normal, del día a día, de un usuario normal, el paso a 8.1 se resume en mi opinión en el mejor teclado (alucinante) y en el centro de notificaciones.

¿El resto de las cosas? ¿»Tiles» transparentes? Sí, son más bonitas, pero eso, bonitas. ¿Cortana? No, no está disponible aun en español (¡¡¡hasta mediados del 2015!!!). ¿Y todo el resto de cosas que aparecen en este artículo de Microsoft con las «novedades»? Chorradas prescindibles, aunque a veces te alegran el día.

Reencontrando funcionalidades

Pero como digo la clave ha sido que el viaje de 8.0 a 8.1 ha sido con vuelta. Y me he llevado una sorpresa.

Me he reencontrado con la perdida integración de Facebook y Twitter en el hub de contactos. ¿Suena a tontería? No para mí. Yo soy un usuario masivo de Twitter y bastante activo de Facebook, y el poder ver de un vistazo todas las publicaciones de las dos redes en un mismo sitio y ligado a mis contactos es una de las características más interesantes y que más me gustó de Windows Phone cuando empecé a usarlo.

Además en el caso de Facebook nos muestra TODAS las notificaciones de mis contactos, no las que Facebook con un algoritmo quiere o le interesa mostrarme. ¿No os ha pasado que estáis meses sin saber de alguien en Facebook y pensáis que no publica nada hasta que vais a «Amigos» y miráis expresamente en su muro? ¿Por qué Facebook decide que es lo que me interesa o no?

Pues con la integración con Windows Phone en el hub de contactos de Facebook y Twitter esto no pasa.

¿Y la gozada de poder publicar directamente desde cualquier sitio tanto en Facebook como en Twitter y si queremos en los dos a la vez?

Os garantizo que al pasar a 8.1 eché de menos y mucho esta función, pero ya no recordaba después del tiempo pasado en 8.1 lo que realmente echaba de menos esto. Y lo peor es que se que volveré a 8.1 (ya la oficial) cuando reparen mi Lumia 1020 y la separación de esta funcionalidad será otra vez dolorosa.

Del Lumia 1020 al Lumia 520

En realidad ha sido del Lumia 1020 al Lumia 520 pasando por un día de usar (no llegó a 24 horas) un Lumia 1520 que compré a alguien y al día siguiente vendí a otro editor (Juan Carlos Quijano) porque sinceramente no me hacía con el brutal tamaño del 1520.

¿Ha sido traumático el paso del Lumia 1020 al Lumia 520? Bueno, he de decir que una vez que vuelva de vacaciones se que tendré una más clara idea de lo que me ha supuesto y quizás sea más dura la opinión de lo que es ahora. Entiendan que mi Lumia 1020 es mi cámara de fotos, y ahora iré con una cámara de fotos de 5 mpixels (Lumia 520) o de 8 mpixels (Galaxy Core) y de peor calidad que la mega cámara de fotos de 41 mpixels de mi amado 1020. Eso duele, y en vacaciones aun más.

Pero quitando el tema de la cámara y siendo un teléfono más pequeño con pantalla de 4″ en vez de 4.5″ de mi 1020, creo que el Lumia 520 es un gran teléfono. El tacto y el tamaño es genial. Echaba de menos ir con un teléfono más pequeño. Ultimamente tengo la sensación de que se nos está yendo de las manos lo de los tamaños de los teléfonos. El Lumia 1520 con sus 6″ me dieron la razón (siento usar medidas mediovales, Juan Luis Chulilla, pero la gente así se entera mejor cuando hablamos de pantallas).

El Lumia 520 se nota fluido a la hora de mover el sistema operativo, tanto como el Lumia 1020. El problema de tener menos memoria RAM yo no lo he apreciado aun, y el almacenamiento está resuelto pues el 520 cuenta con ranura para microSD, cosa que el de mayor gama no tiene absurdamente.

Por lo demás, está claro de que yo cada día soy más de teléfono pequeño + tablet de 8″ o 10″ en vez de zapatófono, perdón, phablet de 6″.

Conclusiones

El paso de 8.1 a 8.0 me ha revelado lo que realmente saqué de beneficio y que fue contra todo pronóstico el teclado, pero también me ha echo llorar (al reeencontrarme con ella) por la perdida integración de Facebook y Twitter en el sistema operativo.

El Lumia 520 es un dignísimo teléfono de gama baja que supera, gracias a Windows Phone 8, las funcionalidades y rendimiento de los Android de gama baja. Claramente, antes de regalar un Android de gama baja a alguien (especialmente a una persona mayor) yo regalaría un Lumia 520 pues rendirá mejor y además el sistema operativo es menos para «geeks» que el Android. Lo he experimentado con la amiga que se quedó con mi «viejo» Samsung ATIV S. Ella que tiene mi edad pero no mi gusto por la tecnología está encantada con la facilidad de uso (en general el «look & feel») de Windows Phone 8 y venía de un terminal gama media con Android.