Cuentan los sabios que toda persona que se precie debe plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro a lo largo de su vida. Como ya he hecho lo primero y lo tercero (es un decir), y lo del hijo como que no me emociona mucho, he decidido sustituirlo por subir una aplicación a la tienda de Windows 8 (y de Windows Phone), que viene a ser como lo del hijo pero sin tantos gastos y con las noches tranquilas.
Si os pica el gusanillo, y queréis ver cómo es la experiencia, seguid leyendo. No a va ser nada técnico (eso ya lo estoy haciendo en otro lado), sino más bien una serie de impresiones y experiencias de un desarrollador amateur ante su primera experiencia.
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