Hace unos años, las interfaces táctiles alcanzaron la madurez. En vez de stylus, los usuarios podían emplear sus deditos o dedazos para interactuar con la pantalla. Great Success, que diría Borat, pero con los efectos colaterales de la grasa cutánea humana dando matices infinitos a las brillantes pantallas táctiles. Ha no mucho que aterrizaron los interfaces gestuales, que no manchan la pantalla (kinect primero, leap motion después), pero que no acaban de alcanzar al usuario básico por diferentes motivos, además del principal que es la falta de aplicaciones y escenarios de uso cautivadores. Os contaré de mi Leap Motion en breve.
Y luego tenemos las tecnologías de seguimiento visual. No son precisamente novedosas, y de hecho están muy perfeccionadas para distintos nichos, desde la defensa a la discapacidad. El problema, hasta ahora, era su centenario o milenario coste. Y eso es lo que Eye Tribe promete cambiar
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